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((**Es7.663**) mañana siguiente, sería el regreso a Turín. Después de haber descrito el viaje realizado y la gran caridad de los bienhechores, concluyó diciendo: -Todo pasa, mas no pasará nuestra gratitud, porque siempre elevaremos preces al Señor para que colme de bendiciones a los que nos han hecho algún bien. El 17, lunes, después de la misa, en el patio del Seminario, se despedía la banda de los seminaristas de Acqui y se dirigía tocando a la estación. Allí ejecutaron una bonita sinfonía, entre los aplausos del público apiñado, y ocuparon su puesto en los vagones, con los compañeros que gritaban, agitando los sombreros por el aire: -íViva Acqui! En Alessandria se engancharon sus vagones al tren directo procedente de Génova; el jefe de estación se acercó a la ventanilla para saludar a don Bosco y dio la señal de partida. En Asti se apeó don Bosco, porque le esperaban varios bienhechores de la ciudad con quienes debía permanecer durante unos días. La comitiva llegaba a Turín poco después del mediodía. Esta fue la última excursión otoñal, la más solemne, ((**It7.779**)) la más larga de todas las realizadas en diez años. Produjeron un bien incalculable, porque Dios mismo se manifestaba en don Bosco. íCuántos muchachos admitió en el Oratorio, que hoy son celosos sacerdotes! íA cuántos pecadores colocó en el buen sendero! íA cuántas familias devolvió la paz o infundió una serena resignación en las dificultades de la vida! íCuántos enemigos del sacerdote antes de conocerle, empezaron a respetarle después de haberle visto! íEn cuántas poblaciones había recobrado Dios su puesto con su palabra apostólica! Pero ahora don Bosco debía cesar en esta extraordinaria misión. Sus nuevas ocupaciones ya no le permitirían ausentarse del Oratorio por tan largo tiempo y de aquel modo. Por esto se decidió a conformarse con mandar a I Becchi, y no a ningún otro lugar, un grupo de cantores y de músicos cada año, para la fiesta del Rosario, a la cual, no obstante, él asistiría. Don Bosco, entretanto, volvió de Asti al Oratorio, donde le aguardaba una preciosa carta. (**Es7.663**))
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