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((**Es7.621**)((**It7.729**)) CAPITULO LXXI TESTIMONIO DE APRECIO A DON BOSCO DE ILUSTRES SACERDOTES -DON JOSE AMBROGIO FRENTE AL ORATORIO -UN OPUSCULO CONTRA EL APOSTATA SECTARIO -EL BIEN QUE PODRAN HACER LOS COLEGIOS SALESIANOS -EXAMENES EN LA UNIVERSIDAD Y DIPLOMAS OBTENIDOS -ESTIMULOS A UN PROFESOR -EL DELEGADO DE ENSEÑANZA AUTORIZA LA APERTURA DEL COLEGIO DE LANZO -INDUSTRIAS DE DON BOSCO PARA AUMENTAR Y SOSTENER SUS CASAS EN TIEMPOS TAN DIFICILES -CONVENCION ENTRE NAPOLEON Y EL GOBIERNO ITALIANO; TRASPASO DE LA CAPITAL A FLORENCIA -MANIFESTACIONES Y TUMULTOS EN TURIN -DON BOSCO RECOMIENDA REZAR -MORTANDAD EN LA PLAZA DE SAN CARLOS -TURIN CIUDAD PROVINCIANA -COMO RECIBIO PIO IX AL EMBAJADOR DE FRANCIA QUE LE PRESENTABA LA CONVENCION SON muchas las cartas y testimonios escritos, existentes en nuestros archivos, que demuestran cuánto se quería a don Bosco en Italia, por el bien que hacía a la juventud. Seleccionamos tan sólo dos. Don José Apollonio, sacerdote veneciano, que fue sucesivamente Obispo de Adria y de Treviso, escribía a don Bosco, desde Venecia, el 3 de septiembre de 1864: Queridísimo don Bosco: íQué satisfacción más grande experimenté anteayer al recibir sus saludos por medio de personas queridas del Señor! Salvo que, precisamente en esta ocasión, me clavaron una espina en el corazón, cuando oí ((**It7.730**)) que vuestra reverencia cree que sólo va a durar un par de años en este triste y pícaro mundo. Ah, no, no; queridísimo don Bosco, no se muera, no. Ya sé que si usted no es necesario (lo que no se podría decir de nadie) la verdad es que resulta sumamente útil aquí, en las circunstancias que atravesamos. Mis plegarias valen poco, pero quiero pedir mucho al Señor para que no le haga caso, si desea morir pronto. Ruegue también usted íea! y diga con san Martín al Señor: Domine, si adhuc populo tuo sum necessarius, non recuso laborem. (Señor, si todavía soy necesario a tu pueblo, no rechazo el trabajo). íCuánto bien ha hecho usted en estos años y cuánto puede hacer todavía! Anímese, pese a tantas aflicciones y miserias. íQuién sabe, pobrecito, lo que sufre su espíritu! También yo, sépalo, procuro animarme todo lo que puedo, aunque haya (**Es7.621**))
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