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((**Es7.587**) todo para satisfacer el celo del Vicario Albert, quien, para conseguir su santo fin, ya había superado dificultades materiales y pecuniarias de todo orden. Después de la fiesta de san Luis, fue don Bosco a Lanzo. El vicario Albert y el alcalde Pablo Tessiore le acompañaron a visitar el Colegio. Don Angel Savio, enviado anteriormente para hacer una inspección, no había informado demasiado satisfactoriamente. El viejo edificio necesitaba reparaciones, porque hacía algunos años estaba deshabitado, a excepción de algunas habitaciones asignadas a los maestros municipales, y las aulas. Sin embargo, don Bosco no se echó atrás de su compromiso; también él deseaba poseer, como fuese y aun a costa de cualquier sacrificio, una tercera casa para la Pía Sociedad. El Alcalde prometía hacer ciertas reparaciones y el Vicario se encargaba de construir tres pequeñas habitaciones, levantando el techo de un lado del atrio interior. Don Bosco se contentó por el momento. En 1851 había escalado aquella cumbre en compañía de José Brosio, il bersagliere 1, como ya hemos ((**It7.694**)) narrado y, al admirar el estupendo panorama de los alrededores, había exclamado: -íQué hermosa posición para un colegio! El 30 de junio se reunió la Junta Municipal en sesión extraordinaria, autorizada según acotación del Gobernador Civil del 16 del mismo mes, para deliberar sobre la propuesta presentada por don Bosco para la reapertura del antiguo colegio. Don Bosco asistió a la reunión en la que se acordaron y estipularon las condiciones anteriormente expuestas. El convenio, firmado por don Bosco, el Alcalde y dos Concejales, se expidió sin más a la Autoridad correspondiente del Gobierno Civil para ser aprobado. Una vez realizado todo, don Bosco regresó al Oratorio. El 14 de julio por la noche se reunió el Capítulo; aceptó a prueba a Espíritu Rossi y a Esteban Orsi, quienes habían pedido ser inscritos en la Pía Sociedad. En estos mismos días dio don Bosco una conferencia a los hermanos. La Crónica refiere el contenido de sus palabras. La obediencia es el compendio de la perfección de toda vida espiritual; es el camino menos trabajoso y menos peligroso; el más seguro y más corto que exista para enriquecerse con todas las virtudes y llegar al paraíso. Santa Teresa estaba tan persuadida de esta verdad que llegó a decir: que si todos los ángeles juntos le hubiesen 1 Il bersagliere: Hay que remontarse a los volúmenes anteriores, singularmente al tercero y cuarto, para recordar la ayuda y testimonios que este ex-soldado bersagliere (tropas ligeras del año 1836) prestó a don Bosco los primeros tiempos del Oratorio. (N. del T.) (**Es7.587**))
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