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((**Es7.466**) Entre tanto don Bosco escribía al Delegado: Ilmo Sr. Delegado: El curso 1862-63 obtenía la aprobación provisional para poder instruir en los cursos de bachillerato (gimnasio) a los jóvenes pobres internados en esta casa, llamada Oratorio de San Francisco de Sales. Poníase la condición de que ((**It7.546**)), pasado el curso, se debían presentar maestros titulados; pero como los profesores provisionalmente aprobados, no pudieron conseguir el favor de ser admitidos a los exámenes finales de Letras, debieron limitarse al de ingreso, al cual realmente se presentaron y fueron matriculados en el curso de Letras. Dado que ahora se trata de proseguir las mismas clases, se hace la respetuosa petición para que los maestros destinados para cada clase sean aprobados, como sigue: Para el quinto de bachillerato, el sacerdote Juan Francesia, aprobado el año pasado para el mismo curso y oyente hace cinco años en las clases de Letras en nuestra Real Universidad y admitido con aplauso al curso normal. Para el cuarto de bachillerato, el clérigo Celestino Durando, del quinto cúrso de teología, también aprobado, oyente como el anterior y admitido al curso de Letras con la máxima puntuación. Si al señor Delegado le pareciere mejor, se propondría para la misma clase al profesor Jacinto Ballesio, diplomado para la enseñanza del bachillerato elemental. Para el tercer curso, a Juan Anfossi, del quinto curso de teología, aprobado, oyente y admitido también como los anteriores con la máxima puntuación para el curso de Letras. Si hubiese dificultad para este profesor, se propone al sacerdote Bartolomé Fusero, maestro del cuarto grado elemental y profesor del bachillerato elemental, aprobado con diploma. Para el segundo curso, el sacerdote Domingo Ruffino, maestro del cuarto grado elemental, diplomado para el bachillerato elemental. Para el primer curso, el sacerdote Víctor Alasonatti, maestro elemental y diplomado para la enseñanza de los primeros cursos de latín. Para aritmética, el sacerdote Angel Savio, maestro del cuarto grado elemental. Se advirtió así mismo el año anterior que una de las aulas no tenía suficiente altura para dar buena ventilación, según las reglas higiénicas, y esto se ha resuelto con la construcción de un local a propósito, a donde serán trasladados los alumnos, en cuanto las paredes del mismo estén suficientemente secas. Habiendo cumplido, por cuanto fue posible, lo que V.S. Ilma. se complacía prescribir el pasado año, espero obtener para el presente una nueva aprobación: tanto más, si usted se dignara considerar el fin benéfico al que tienden estas clases, que sólo pretenden favorecer a muchachos pobres, que gozan del don de la inteligencia y sana moral, pero están privados del todo, o casi del todo, de medios de fortuna para cultivar el ingenio con que les ha enriquecido la divina Providencia. Así, mientras una parte considerable de los alumnos de esta casa tiende al trabajo manual para aprender un oficio, otros ((**It7.547**)) trabajan para adquirir un grado del saber que les sirva con el tiempo para ganarse honradamente el pan de la vida. Con todo mi aprecio cábeme el honor de profesarme de V. S. Ilma. Octubre, 1863. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. (**Es7.466**))
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