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((**Es7.355**) las funciones de la semana santa en la iglesia de san Francisco de Sales, en las que don Víctor Alasonatti actuaba siempre de celebrante devoto y apasionado. Don Bosco se reservaba para sí la misa del Jueves Santo y el lavatorio de los pies, y a las otras ceremonias asistía puntualmente. Aquel año, extremadamente fatigado por la confesiones sin fin de los externos, el Sábado Santo se desmayó en la sacristía. Pero, apenas volvió en sí, fue a tomar un poco de leche y prosiguió sus ocupaciones, aunque los médicos le ordenaron que permaneciera algún tiempo en su habitación. -íPodría descansar un poco!, decíanle los jóvenes. -Cómo queréis, replicaba, que descanse, si el demonio no descansa jamás? Y añadía a los clérigos: -Un hombre, sólo vale por uno. Ninguno debe esforzarse para trabajar por dos, porque se estropea muy pronto y se convierte en un ser incapaz, precisamente cuando sería el momento de hacer mayor bien. Mas su ejemplo estaba en contradicción patente con sus palabras; con todo, de vez en cuando le aliviaba notablemente la caridad de sus alumnos. Ya hemos dicho que, en años anteriores, don Bosco, al ver a alguno oprimido por graves dolores, para aliviarle rogaba al Señor que le pasara a él aquellos males; y que fué escuchado. Ahora sucedió que los muchachos compensaban sus antiguos sacrificios por sus alumnos, cuando veían que sus enfermedades le impedían continuar sus pesados trabajos. Se lee en la crónica de Bonetti. <>-Las plegarias de los jóvenes son poderosas. Hay uno sobre todo que, sólo con rezar, obtiene al momento que se marche la enfermedad de mí y pase a él. Yo después lo encomiendo ((**It7.414**)) a Domingo Savio para que lo sane y, en poco tiempo, nos encontramos los dos bien. >>Aún dijo más: >>-Tenemos en casa unos muchachos, y clérigos también, tan virtuosos que dejan atrás al mismo san Luis, mientras sigan por el camino que llevan. Casi cada día veo en casa tales actos de virtud que no se creerían ni leyéndolos en los libros; sin embargo, Dios se complace en realizarlos entre nosotros>>. Y anota don Juan Bonetti en sus memorias: <(**Es7.355**))
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