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((**Es7.219**) >>Después de extenderse durante un buen espacio sobre esto, recordando el ejemplo de unos y de otros, vino a decir don Bosco: >>-Lo que os aseguro es que nosotros tendremos algunos de la casa elevados al honor de los altares. Si Domingo Savio prosigue haciendo milagros, yo no dudo ni un instante, si aún estoy con vida y puedo promover su causa, que la Santa Iglesia permita el culto al menos para el Oratorio. >>-íDía venturoso!, exclamaron todos. íMenuda fiesta será la nuestra! >>Entonces don Bosco preguntó al clérigo Anfossi: >>-Qué medio crees que es el más fácil para hacernos santos? >>Se le dijeron unos cuantos, pero él, después de haber oído en silencio y sin interrumpir, prosiguió: >>-Es éste: reconocer la voluntad de Dios en la de nuestros superiores, en todo lo que nos mandan y en todo lo que nos acontece a lo largo de la vida. Algunas veces nos parece realmente, continuó, que las cosas no deban ser así. Entonces es el momento para animarnos y decirnos a nosotros mismos: así me lo dijeron, pues vamos adelante. Otras veces nos sentimos oprimidos por alguna calamidad o molestia del cuerpo o del espíritu: no nos desanimemos, confortémonos con el dulce pensamiento d e que todo está ordenado por ese bondadoso Padre nuestro, que está en los cielos, para nuestro bien; ofrezcámoselo todo a El, nosotros y nuestras cosas. Este es el medio más adecuado para llegar fácilmente a la más alta perfección. Habrá, por ejemplo, quien quiere hacer penitencia, ((**It7.250**)) ayunar; el Superior, le aconseja que no lo haga: pues bien, obedezcamos y así estaremos seguros de hacer la voluntad de Dios y subiremos una grada más en la escala de la santidad. >>Una vez, hablando del deseo que tenía de salvar el alma de sus muchachos, llegó a decir: >>-Si yo pusiese tanta diligencia por el bien de mi alma como la pongo por el de las de los demás, estaría seguro de salvarla. >>Otra vez, hablando de cómo deseaba poseer el corazón de sus jóvenes, añadió: >>-Todo lo daría por ganar el corazón de los muchachos para podérselo regalar al Señor.>> Entre tanto, aquel año de 1862, don Bosco había hecho imprimir la tercera edición de su Historia de Italia en la tipografía de Luis Ferrando, con un mapa de la península. La Civilt… Cattolica, serie V, vol. III, pág. 474, daba de ella este juicio: (**Es7.219**))
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