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((**Es7.193**) -Pero, dígame: Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo para redimir solamente a los muchachos o también a las muchachas? -Sé, respondió, que Nuestro Señor ha redimido a todos: niños y niñas. -Pues bien; yo debo procurar que su sangre no se haya derramado inútilmente, lo mismo para los muchachos que para las muchachas. Mientras sosteníamos esta conversación, he aquí que comenzó a reinar un extraño silencio entre mis muchachos, que estaban en la plazuela. Dejaron sus juegos y se escaparon unos hacia una parte, otros hacia otra, muy espantados. La Marquesa y yo detuvimos el paso y quedamos durante unos momentos inmóviles. Buscando la causa de aquel terror, dimos unos pasos hacia adelante. Levanté un poco la vista y he aquí que, por el fondo de la llanura, vi descender a la tierra un caballo grande..., tremendamente grande... Se me heló la sangre en las venas. - Sería tan grande como esta habitación?, preguntó Francesia. -íMucho mayor!, replicó don Bosco. Sería tan grande y tan alto como tres o cuatro veces el palacio Madama 1. Era algo extraordinario. Mientras yo quería huir por miedo a la inminencia de una castástrofe, la marquesa de Barolo perdió el sentido y cayó al suelo. Yo casi no podía tenerme en pie de tanto como me temblaban las piernas. Corrí a esconderme detrás de una casa, que había cerca, pero me echaron de allí diciendo: -íFuera, fuera; no venga aquí! Y yo decía entre tanto para mí: -íQuién sabe qué diablos será este caballo! No quiero escapar; quiero quedarme para verlo más de cerca. Y, aunque temblaba de pies a cabeza, me armé de valor, volví atrás y me acerqué. -íOh! íQué horror! íAquellas orejas tiesas! íAquel morro descomunal! Me parecía a veces ver mucha gente sobre él; otras, que tenía alas; de forma que exclamé: -Pero íesto es un demonio! Mientras lo contemplaba, como estaba en compañía de algunos, pregunté a uno de ellos: -Qué es este enorme caballo? Uno me respondió: -Este es el caballo rojo, equus rufus, del Apocalipsis. Después me desperté y me encontré en la cama muy asustado. Durante toda la mañana, mientras celebraba la misa, lo mismo que en el confesonario, tenía siempre delante aquel animalazo. Ahora deseo que alguno averigüe si a este equus rufus, se le nombra verdaderamente en las Sagradas Escrituras, y cuál es su significado. ((**It7.219**)) Y encargó a don Celestino Durando buscase la solución del problema. Don Miguel Rúa observó que, verdaderamente el Apocalipsis, en el capítulo VI, versículo IV, habla del caballo Rojo, símbolo de la persecución sangrienta contra la Iglesia, según explica en las notas de la Sagrada Escritura, monseñor Martini. Dice textualmente el Libro Sagrado: Et cum aperuisset sigillum secundum, 1 Palacio Madama -Es uno de los grandes palacios de la ciudad de Turín (N. del T.) (**Es7.193**))
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