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((**Es7.151**) que merecía. ((**It7.167**)) Pero la Santísima Virgen había señalado el sitio donde quería favorecer a los cristianos con sus gracias y esto atrajo la atención del pueblo el día 19 de marzo. Un joven campesino, aquejado de varias enfermedades crónicas y desahuciado por los médicos, se sintió inspirado para ir a venerar la citada imagen. Fue, se encomendó a la Santísima Virgen y, sin más, regresó totalmente curado. A partir de aquel momento, comenzó una ingente peregrinación de fieles, hasta de las diócesis vecinas, de forma que los días festivos se veía alrededor del famoso pilar de cinco a seis mil personas arrodilladas. Los mismos enemigos de la Iglesia se veían obligados a confesar, que no podían dar explicación de aquel fervoroso entusiasmo de los pueblos. Era un continuo sucederse de milagros y extraordinarias gracias espirituales y corporales. Algunos incrédulos fueron a visitar a la imagen para denigrarla; pero, al llegar al lugar, en contra de todas sus ideas, sintieron la necesidad de arrodillarse y rezar. Y volvieron con muy distintos sentimientos, hablando públicamente de los prodigios de María. El arzobispo de Spoleto encargó a insignes artistas los planos para un hermoso templo; y, como la devota imagen no tenía ningún título especial les pareció bien que fuese venerada bajo el de Auxilium Christianorum 1. <<25 de mayo. La fama de la ciencia y santidad de don Bosco le atrae muchísimos penitentes, aún de poblaciones lejanas. Hoy se encontraron en la sacristía del Oratorio cuatro personas procedentes: una de Chieri, otra de Fossano, la tercera de Verzuolo, y la cuarta de Mondoví, para confesarse con el siervo de Dios>>. <<26 de mayo. Por la noche, después de las oraciones, don Bosco nos recomendó que a la mañana siguiente rogásemos a la Virgen para que nos auxiliase siempre durante la vida, pero que desplegase de modo especial su protección en el punto de nuestra muerte. Nos exhortó vivamente a todos a terminar santamente el mes de María, e ((**It7.168**)) insistió de modo especial para que se preparasen con buena voluntad los que, si bien eran pocos, se habían mantenido obstinados hasta entonces. Dijo que todo lo bueno que al día siguiente se realizara, se ofreciese a María con el fin de que se ablandaran los corazones de aquellos individuos, les hiciera entrar en sí mismos y se convirtieran sinceramente y con firme resolución a Dios. Nos prometió al final contarnos algo bonito el último o el penúltimo día del mes>>. 1 Don Bosco imprimía más tarde este hecho prodigioso en un libro titulado: Maravillas de la Madre de Dios. (**Es7.151**))
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