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((**Es6.796**) >>Cuando don Miguel Rúa bajó al refectorio para cenar, dio el recado a don Bosco y éste contestó: >>-Es demasiado tarde; ahora ya no es tiempo; tendrá que sufrir unos cuantos años todavía. ((**It6.1056**)) >>Don Miguel Rúa no volvió para llevarme la respuesta; y yo no sabría decir lo contento que estaba de mi determinación. Hacía ya mis cálculos para recomendar a María Santísima a mis Superiores, a mis parientes, a mis compañeros y empezaba a embelesarme pensando en mi entrada en la patria celeste, acompañado por los ángeles. El tiempo transcurrido de las seis a las ocho, a pesar de mi gravedad me pareció un instante. Sonó la hora de cenar, y yo esperaba ansiosamente a don Bosco; pero no apareció. Entonces comenzó a enturbiar mi alegría un pensamiento y dije para mis adentros: >>-No ha venido don Bosco a confesarme como había prometido. Tal vez habiéndome visto tan dudoso en la elección, fue a su habitación y se las entendió con el Señor para que yo no muriese; sino que recobrase la salud y siguiese viviendo todavía. íLo siento muchísimo! íQué disparate no haberme decidido al punto, aprovechando la ocasión oportuna! Y así estuve inquieto hasta las diez, en que apareció don Bosco. Apenas le vi, exclamé: >>-íDon Bosco, desearía ir al paraíso! >>Y él me contestó: >>-íQuerido mío, ya no estamos a tiempo! íHabrá que tener paciencia!; la gracia de la curación está obtenida; pero resígnate, y prepárate para seguir todavía algún tiempo en esta tierra y sufrir mucho. >>Estas palabras me contristaron: >>-íPobre de mí! Lo tenía arreglado y ahora ívaya noticia la que me trae! No se podrían combinar las cosas de otra manera, conforme a mi deseo? >>Don Bosco me interrumpió diciendo: >>-íVaya! Sería preciso revocar las cosas que se han pedido y esto no conviene. A pesar de todo, no tienes por qué tomarte molestias. He pedido al Señor que te quedes todavía aquí en esta tierra para ganarle almas para el cielo. Dejémoslo ahora en sus manos. >>Volvió a darme la bendición, me dijo ((**It6.1057**)) unas palabras de aliento y después me dejó... >>Y así yo, que estaba convencidísimo de ir a ser cuanto antes uno más entre los finados, quedé convencidísimo de recobrar la salud y seguir viviendo. (**Es6.796**))
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