Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es6.795**) >>-Con que te duele abandonar tu cuerpo y el Oratorio? íEsta vez suspenderemos el pasaporte! Estás conforme? >>-No es eso lo que yo quiero decir, añadí; sino que haga el favor de volver a verme esta tarde y yo le manifestaré mi deseo. >>Viendo don Miguel Rúa que no me resolvía en seguida a elegir el partido más conveniente, me dijo extrañado: >>-Tienes todavía que pensarlo? >>Y añadió don Bosco: >>-íEh, sí!, la vida siempre es preciosa. íBasta, pues! Dejemos las cosas en las manos del Señor Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra, (hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo). Después se me acercó al oído y dijo: >>-No te preocupes; antes de ir a cenar pasaré de nuevo para ver si deseas ((**It6.1055**)) reconciliarte con Dios; y, si lo pide el caso, después de las oraciones te traeremos el Santo Viático. >>Luego me exhortó a la resignación y a la tranquilidad, y añadió en alta voz: >>-Cuando lo tengas bien pensado y hayas hecho la elección, me lo notificarás. >>Y se fue. >>Aún no había dado don Bosco más que unos pasos fuera de la estancia cuando ya me determiné. Mi conciencia estaba tranquila, podía recibir todavía los sacramentos de la Confesión y Comunión, la Unción de los enfermos y los demás auxilios de la Iglesia, me asistiría en mi agonía el mismo don Bosco, en quien tenía tanta confianza; si me aguardaba a morir, no podía tener la seguridad de alcanzar todas estas ventajas, y no sabía cómo irían los asuntos de mi alma en el curso de la vida... Además, si don Bosco me promete el paraíso, pensé, estoy seguro de ir allá. Determiné, pues, pedir el pasaporte para el paraíso. >>En aquel momento llegó el caballero Oreglia di Santo Stefano, y don Rúa le contó lo que había sucedido poco antes entre los dos. El Caballero al enterarse de mi vacilación, dijo sonriendo: >>-De haber estado yo en su lugar, no sólo habría esperado la muerte, sino que habría saltado del lecho para salir a su encuentro. >>-Pero, por qué, replicó don Miguel Rúa, no has elegido en seguida el paraíso? Por qué no aceptaste? >>-También yo, añadí, he comprendido cuál es el mejor partido y ahora espero impaciente la llegada de don Bosco para manifestarle mi determinación. Ea, vaya a decir a don Bosco que acepto el pasaporte. (**Es6.795**))
<Anterior: 6. 794><Siguiente: 6. 796>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com