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((**Es6.206**) que visten de blanco, pero a mi edad no cae bien (y en mi interior sentía cierta repugnancia a hacerme dominica precisamente por el hábito). Entonces don Bosco replicó: -Sí, Rosina vestida de blanco. Y repetía con acento profético las mismas palabras, cuando he aquí que se oyó la voz de mi padre que le llamaba a la sala para tomar el café. Dos años más tarde, el 16 de agosto de 1861, el Señor me abría ((**It6.263**)) las puertas del Instituto de las religiosas dominicas en Mondoví Carassone y la Virgen Inmaculada escuchaba al mismo tiempo los deseos de mi corazón y la oración de don Bosco, realizando claramente su profética palabra. Pero hay más. Hacía ya unos años que me encontraba en Mondoví y todo marchaba muy bien, cuando vino el demonio a sembrar el desorden en nuestra querida comunidad de Mondoví Carassone, con lo que perdió un buen número de alumnas. En aquel trance, me pidió nuestra buena Madre Manfredini que escribiera a don Bosco, enviándole una pequeña limosna y rogándole que hiciera una novena para obtener que nuestra comunidad volviera a su floreciente estado anterior. Pocos días después contestó don Bosco, como él solía hacer, con palabras de agradecimiento, de consejo y de aliento. Más de veinte alumnas vinieron pronto a aumentar nuestro colegio, se reprimió suavemente todo desorden y la calma, la alegría y la virtud volvieron a reinar entre nosotras. He aquí, reverendísimo don Miguel Rúa, mis recuerdos sobre don Bosco, tan simplemente como los tengo en la mente. Sor FlLOMENA CRAVOSIO También predijo don Bosco el porvenir a otra muy noble doncella, cuyo nombre diremos a su tiempo. Sentíase ella llamada por Dios a la vida religiosa y, no encontrando obstáculos por parte de sus padres para cumplir sus deseos, consultó a don Bosco sobre el particular. Contestóle el siervo de Dios: -Sí; usted se hará religiosa, pero después de mucho tiempo de espera y pasando por trances imprevisibles al presente. Y así sucedió. Al poco tiempo moría una hermana suya dejando un hijo de tierna edad. Ella se casó con el cuñado por la necesidad de dar un corazón de madre al niño. Muy pronto quedó huérfano de padre que murió del cólera. La buena madrastra cuidó con nobilísimo sacrificio su educación religiosa y cívica y el rico patrimonio; y cuando hubo cumplido esta santa misión, y ((**It6.264**)) lo hubo colocado en la espléndida carrera que le aguardaba, se retiró del mundo y se hizo religiosa. Como estaban a fines de agosto dióse prisa don Bosco para imprimir el número de las Lecturas Católicas correspondiente al mes de septiembre. Presentaba a los suscriptores El Valle de Almería, de autor anónimo. Narrábanse en él las vicisitudes de una familia perseguida (**Es6.206**))
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