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((**Es5.565**) y movido de los muchachos, se habría maravillado del recogimiento y devoción que reinaban en aquella iglesia atestada de chiquillos y sin muchos vigilantes. Y sin embargo es así; basta la presencia virtual de su querido Director para que reine el orden. La tarde fue amenizada con hermosas y variadas sinfonías por la banda y resultó encantadora con las alegres y honestas diversiones para toda aquella turba vivaracha. Después de las vísperas, tuvo lugar el bautizo de un moro adulto, solemnemente administrado por el Ilmo. y Rvdmo. Monseñor Balma y actuando como padrinos el conde y la condesa de Clavesana, a quienes debe el moro su doble redención material y espiritual. Después del acto, Monseñor pronunció unas palabras espontáneas y conmovedoras, que fueron escuchadas con verdadera devoción por la hacinada multitud. Terminaron las funciones religiosas con la bendición del Santísimo Sacramento y siguió el reparto de premios, presidido por el eximio Prelado. Había estudiantes y artesanos premiados, pero no fueron los superiores quienes otorgaron los premios sino los votos libres y pensados de los compañeros. La banda de música alegraba los intermedios. Se clausuró el reparto de premios con el canto pupular: Llanto de los romanos por la marcha de Pío VII, muy bien ejecutado por el joven Carlos Tomatis y un coro de más de veinte voces. El Obispo tuvo que privar a aquella juventud de su presencia: La bendijo y partió llevándose consigo el gratísimo recuerdo de tan devota y agradable función, que permanecerá imborrable en el recuerdo de aquellos jóvenes por sus sabias palabras y trato paternal. Aún quedaba la representación de un drama titulado ((**It5.795**)) Baldini, hermosa pieza moral y educativa. Se trata de un corazón noble que, arrastrado por los malos consejos de un compañero al camino del vicio, llega a ser cabecilla de bandoleros. Pero el recuerdo de su madre, oportunamente despertado en él, lo devuelve a la honradez y a la virtud. El amplio salón que sirve de estudio con luz de gas, fue convertido en un momento en teatro. Los jóvenes actores lo hicieron a maravilla, pero sobresalió entre todos y se ganó la simpatía y los aplausos el señor Fumero, antiguo alumno de la casa. Terminado el drama y levantado otra vez el telón, apareció en el escenario una urna y un joven que iba a depositar en ella una guirnalda de flores. De pronto, viose detrás de la urna una sombra vestida de blanco con una antorcha en la mano que cantó un bellísimo canto fúnebre, recriminando al joven, su hijo, la vanidad de sus jacintos y la inutilidad de sus lágrimas. Era la sombra de Vinciguerra y el artista el ya loado pintor Tomatis. Y así mezclando utile dulci, con gran sentido y amor paterno, el distinguido y reverendo don Bosco ha sabido en una sola jornada santificar y entretener a tantos muchachos a los que él ama como a hijos y ellos le aman como a su padre. Mientras tanto, don Bosco se había apresurado a terminar y entregar a Paravía otros dos folletos de Lecturas Católicas, decidido a presentarse ante el Vicario de Cristo para tratar con él la forma de perpetuar su iniciada sociedad. El folleto de febrero, La Cuaresma cristiana, era anónimo. Contiene noticias históricas y morales, cortas pero importantísimas, sobre la observancia del ayuno cuaresmal, cuyos orígenes se remontan al tiempo de los apóstoles; sobre la obligación de observar la (**Es5.565**))
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