Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.499**) Estaba don Bosco a punto de dar estabilidad a su Pía Sociedad, y el Gobierno continuaba confiscando casas religiosas, dispersando a sus pacíficos y laboriosos moradores y concentrando en un solo convento a religiosos de diversas instituciones. Don Bosco sufría, sobre todo porque la ley de supresión se había aplicado con todo su rigor a los Oblatos de Nuestra Señora de la Consolación, a los que tenía mucho aprecio y afecto. En noviembre de 1855 la Caja Eclesiástica 1 había arrendado a un mesonero parte del claustro y después en 1857, se lo hacía desalojar para meter allí a los frailes Menores Observantes, que eran bastante bien vistos por el Gobierno. Estos, entraron sin comunicar nada a la Curia Metropolitana, por lo que el Vicario General no quiso darles la facultad de administrar el Santuario y nombró Rector a uno de los oblatos y luego a un sacerdote secular. Estos incidentes no favorecían ciertamente el culto de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Consolación y por eso don Bosco mandaba aquellos años al Santuario a sus cantores para las novenas solemnes y a sus clérigos para ((**It5.702**)) el servicio del altar en las principales festividades y siempre que se lo pedían. Entre tanto viendo los religiosos que la Curia no se movía, después de contemporizar un poco, presentaron un rescripto pontificio agenciado por ellos mismos. Mas, como para conseguirlo habían aducido razones insubsistentes, monseñor Fransoni reclamó a Roma, donde ordenaron a los Menores pedir perdón al Arzobispo, hecho lo cual se les permitió administrar la iglesia. Mientras esto se arreglaba, apareció en un diario católico un artículo en el que se criticaba duramente a los Menores Observantes. Don Bosco, a pesar de su adhesión a los Oblatos, sintió aquel artículo, porque no veía razón alguna para poner a criterio de la opinión pública lo que únicamente pertenecía al juicio de la Iglesia. -Si ha habido culpa, decía, por parte de los Franciscanos, >>por qué no cubrirla con el manto de la caridad, cuando se sabía que los Oblatos no habían podido reivindicar sus derechos? Además, en una comunidad numerosa, el error puede ser de uno sólo o de varios, >>por qué, pues, si los demás están de buena fe, envolverlos a todos en la misma acusación? Y concluía: -No hay por qué desacreditar y quitar la fama a curas y frailes que trabajan y cumplen con el sagrado ministerio. Estas palabras las oyó y refirió don Juan Turchi. 1 Caja Eclesiástica: Era un organismo, creado por el Gobierno, que custodiaba y administraba un Fondo constituido con los bienes expropiados a los Institutos Religiosos. (N. del T.) (**Es5.499**))
<Anterior: 5. 498><Siguiente: 5. 500>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com