Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.46**) cerrasen porque no podía resistir la luz. Entró don Bosco y nosotros nos quedamos fuera. Lo que pasó dentro, nunca he podido saberlo; lo que sí sé es que al día siguiente, el enfermo comenzó a quitarse las vendas, a abrir los ojos, a leer, a levantarse y, por fin, que curó del todo. Unos días después volvió al Oratorio, y en adelante no presentó el menor indicio de haber estado enfermo de los ojos>>. De vuelta don Bosco a Turín, enviaba la carta siguiente a don Carlos Gilardi con los últimos detalles que le habían pedido para conseguir de Roma la aprobación de su contrato. Muy apreciado don Carlos: He recibido su apreciadísima carta y los encargos que en ella menciona: un libro para el clérigo Olivero, que le fue enviado; y la comedia: Il Gianetto, (Juanito) que me gusta bastante y que verá representar a su primera vuelta a Turín. También he visto a don Luis Setti, el cual no puede residir de ordinario en el Oratorio por la infinidad de clases que tiene que dar a horas dispares y anómalas. Dentro de unos días le mandaré la escritura de venta, que el notario Turvano me ha prometido. En cuanto a la solicitud a mandar a Roma, no creo produzca ningún efecto, puesto que en las condiciones actuales, Roma no puede autorizar a nadie para otorgar tal poder: ni el Seminario, al que le fue suspendida la administración, ni el Economato a quien no se le reconoce dueño. El señor Dorna, que también necesitaba comprar una faja en estas condiciones, habló con el abate Vacchetta y con el Ministerio y le respondieron que esperase hasta una decisiva respuesta de Roma. Lo mismo pienso que podemos hacer nosotros. Por lo demás, estamos mentando siempre a don Carlos y hemos sentido la novedad de no verle ya entre nosotros. Mi madre, todos nuestros clérigos, el señor Dorna y un buen número de nuestros muchachos le saludan cordialmente, y yo mientras saludo ((**It5.47**)) con todo respeto al Padre General, deseo a usted todas las bendiciones del Señor y me encomiendo a sus devotas oraciones y me profeso, De V.S. Turín, 9 de mayo de 1854 Afmo. amigo JUAN BOSCO, Pbro. Capitán de los pilluelos La razón de ciertas frases de don Bosco referentes a la Autoridad Eclesiástica es la que vamos a dar a continuación. Un real decreto del 2 de marzo impuso al Ecónomo, abate Vacchetta, que se encargara de la administración del Seminario Arzobispal, transformado primero en hospital militar y después en almacén de pertrechos militares y forrajes. Al día siguiente, el Ecónomo, sin decir nada al Vicario General, se apresuró a presentarse al Rector, canónigo Vogliotti, y, sin más, le intimó la entrega de todo el capital(**Es5.46**))
<Anterior: 5. 45><Siguiente: 5. 47>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com