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((**Es5.279**) eternidad. Camilo Gavio, que llevaba solamente dos meses en el Oratorio y había edificado a los compañeros por su eximia piedad. Pero recayó en su antigua enfermedad y, a pesar de los cuidados de los médicos y de los amigos, no se le halló remedio. Domingo Savio fue a visitarle varias veces a la enfermería y se ofreció a velarle durante la noche, pero no se lo permitieron. Empeoró y al cabo de unos días, después de haber recibido con gran edificación los últimos sacramentos, entregaba su alma al Creador, asistido por don Bosco, el día 29 de diciembre de 1855. Cuando Domingo Savio supo que el amigo había expirado, quiso ir a verlo por última vez. Al contemplar su cadáver decía conmovido: -Adiós, Gavio, estoy seguro de que has volado al Cielo; prepara un sitio para mí; seguiré siendo siempre tu amigo y, mientras el Señor me conserve la vida, rezaré por el descanso de tu alma. Acudió después con varios compañeros a rezar el oficio de difuntos en la capilla ardiente y ((**It5.386**)) se rezaron durante el día otras oraciones; luego invitó a algunos de los mejores compañeros a hacer la santa comunión, y él mismo comulgó más veces en sufragio del amigo difunto. En el Registro de los alumnos, al margen del nombre de Gavio, escribió don Bosco: Murió en olor de extraordinaria virtud. Por ciertas conjeturas que hemos recogido, seguras aunque sin precisar, parece que también predijo don Bosco la muerte de este jovencito. Sus funerales fueron más modestos que los de Gurgo.1 Además de la anterior profecía, don Bosco manifestó otras semejantes. <>-Dentro de poco (a veces determinaba el tiempo y decía, por ejemplo, dentro de un mes) uno de los que están aquí irá a rendir cuentas de su vida al Señor. >>Es increíble la impresión que estas palabras producían en nosotros, ya que no podíamos ni siquiera sospechar a quién se dirigía aquel aviso, pues no había enfermos en casa; y más aún sabiendo, 1 Funeral de Gavio. No asistieron las chicas; músicos, cruz y clero, dos coadjutores parroquiales, y dos monaguillos; ataúd con cuatro antorchas; 40 liras, cera de la parroquia; misa cantada breve; acompañamiento de los muchachos con cera propia. Gastos: No se pagaron las 10 liras del registro civil porque lo acompañábamos nosotros solos; una lira al enterrador. (**Es5.279**))
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