Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.269**) enmendarse poco a poco. Había tomado tanto cariño a don Bosco que le parecía imposible poder vivir sin él. Comenzó a pensar: ((**It5.372**)) -Mis compañeros van a la iglesia, se confiesan, comulgan y están muy alegres. Y yo... Reflexionó seriamente, se decidió, fue a la iglesia con los de su clase y rezó. Y he aquí que un buen día se le vio acercarse al confesonario donde estaba don Bosco y arrodillarse. Al llegar su turno, se confesó, se retiró del confesonario, como transfigurado y con los ojos bañados en lágrimas. Su hermoso rostro tenía la expresión de un San Luis. Volvió a su puesto, rezó largo tiempo, se confesó todavía dos o tres veces más, y finalmente comulgó con mucho fervor. Desde entonces fue uno de los alumnos más ejemplares. Otro caso análogo tuvo su epílogo a finales de diciembre. Un alumno estudiante había vuelto de las vacaciones con un cambio notable en sus costumbres. íQué distinto del de antes! Don Bosco agotó todos los medios que le sugirió su celo y al fin tuvo que escribir a su padre estas tristes noticias. Turín, 17 de diciembre de 1855 Muy apreciado Señor: Le he escrito durante los pasados años dándole buenas noticias de Juanito; esta vez he de dárselas malas. Desde que volvió de vacaciones, no he podido lograr nada de él. No le interesa la piedad; por la mañana no hay quien le haga levantarse de la cama, y cuando se levanta, no va a la iglesia; sale de casa sin permiso, en la clase aprovecha muy poco; y lo que es peor, no hace ningún caso de mis advertencias. En fin, que lo veo a punto de darme graves desconsuelos a mí y serios disgustos a usted. ((**It5.373**)) La lectura de ciertos periódicos durante las últimas vacaciones le han trastornado la cabeza y quiera Dios que no le hayan corrompido el corazón. Procure escribirle una carta reconviniéndole por su mala conducta; porque, si no se corrige, me veré en la desagradable necesidad de no poderlo tener en casa. He creído prudente advertírselo antes de que las cosas empeoren. Apreciado señor: si usted supiera íqué mala semilla son las malas lecturas en el corazón de la juventud! No dejaré de hacer lo poco que yo puedo por su hijo. Encomendémoslo todo al Señor, y téngame, como respetuosamente me profeso, por, Su afmo. servidor JUAN BOSCO, Sac. Llególe al muchacho una carta de su padre, en la que le hacía serios reproches y graves amonestaciones, pero el hijo no se conmovió. Agravóse su culpabilidad con el hecho de que en la lista de los (**Es5.269**))
<Anterior: 5. 268><Siguiente: 5. 270>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com