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((**Es5.129**) expresarlo de mil modos, nunca se permitió ninguna manifestación demasiado sensible, y ni siquiera estrechaba largamente las manos de un ((**It5.167**)) muchacho entre las suyas. Daba una idea perfecta de la presencia del Salvador en medio de los jóvenes. La virtud de la pureza era como una túnica que le cubría de la cabeza a los pies; y por eso los muchachos se acercaban a él con gusto, y le tenían ilimitada confianza, porque sabían que era inocente y puro. El teólogo Leonardo Murialdo añadía, como consecuencia, que la caridad que don Bosco tenía con los jóvenes era tal que éstos le correspondían con tan sincero afecto y de tal modo, que no se podría encontrar otro ejemplo con quien compararlo. El canónigo Ballesio nos ofrece su testimonio: <((**It5.168**)) sacerdotes, le besaban con gusto la mano, y lo hacían con una mezcla de aprecio y de profunda reverencia como si besaran una reliquia.>> Don Juan Turchi afirma: <>. También monseñor Cagliero hacía observar: <(**Es5.129**))
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