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((**Es4.559**) de los buenos y castigo o conversión de los malos; presentaba el imperio de la Iglesia sobre ellas con los exorcismos, la posible existencia del trato y amistad del hombre impío con el demonio, la realidad del hecho, castigado por la Iglesia con muy severas penas; y finalmente recordaba que el magnetismo, salvo el puramente mineral o animal, como ya lo definió la Sagrada Congregación de la Santa Inquisición, juntamente con los fenómenos de las mesas giratorias y parlantes, eran una magia diabólica, por cuanto producían efectos desproporcionados a la causa. Pero declaraba el autor que la impostura o la ignorancia de causas físicas podía crear en muchísimos casos falsos juicios; que Dios misericordioso no es fácil en permitir, en los países donde reina la fe católica, que el demonio se extralimite con perjuicio de los fieles o en favor de la superstición. Sugería además los medios y las armas para rechazar y huir de los espíritus malignos. Añadía un capítulo sobre los tristes efectos de las maldiciones, imprecaciones y blasfemias. Este libro apareció publicado en 1862 con el título de: El poder de las tinieblas, es decir, observaciones dogmático-morales sobre los espíritus maléficos, seguidas de la relación de una comunicación diabólica sucedida en el año 1858 en Val de la Torre. Es éste un pueblo de la montaña de la archidiócesis de Turín, en la Vicaría de Pianezza, donde la aparición de María Santísima liberó a una desdichada muchacha. Don Bosco publicó este libro, que tuvo una rápida venta, en las Lecturas Católicas, con más de 15.000 ejemplares. Agotada la primera edición, le llegaban de todas partes peticiones para una segunda, prueba del gran bien que había producido aquel trabajo. Y don Bosco volvía a editar en 1863 ((**It4.733**)) otros 20.000 ejemplares que alcanzaron tal éxito que no queda ni uno solo de muestra. No satisfecho con esto, al ver a tantos ilusos, particularmente entre el pueblo, que seguían las extravagancias del magnetismo, encargó a un compañero de escuela y gran amigo suyo, doctor en medicina y cirugía, el turinés Gribaudo, que escribiera otro opúsculo titulado: El magnetismo animal y el espiritismo, dándole él mismo el primer esbozo y corrigiendo las pruebas. Salió a la luz el año 1865 en la colección de Lecturas Católicas. El doctor Gribaudo se apoyaba en la divina prohibición hecha al pueblo hebreo bajo la amenaza de exterminio: <(**Es4.559**))
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