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((**Es4.435**) -íHablar, hablar! íAdvertir, advertir! Si faltaren todos los días, hay que llamarles al orden todos los días, y aún varias veces al día, si es necesario. Amables en las formas, pero firmes en exigirles el cumplimiento de los propios deberes. Haciendo así, cambiarán de conducta, o bien, cansados, acabarán por irse a su casa, sin necesidad de emplear con ellos medidas coercitivas. Y tiene mucha importancia que los muchachos no se vayan del Oratorio con la hiel en el corazón; porque, al llegar el tiempo del desengaño, recuerdan la caridad con que fueron tratados, vuelven sobre sí mismos, piensan en los buenos consejos recibidos, en el cariño que se les demostró, reconocen quiénes fueron sus verdaderos amigos, y, a menudo, después de años y años, se deciden a hacer una buena confesión, si les es posible, precisamente en la iglesia del Oratorio y con los que les acogieron en los años de su juventud. Vuelven porque saben que se marcharon espontáneamente. Por el contrario, si el Superior hubiese recurrido a un precipitado y poco aconsejado rigor, sin haberles avisado antes, entonces se enciende en muchos una aversión que no deja de tener sus consecuencias más pronto o más tarde. Y mucho más, si por casualidad algún asistente se hubiere dejado llevar de la mano en un momento de ira. Cuando ciertos jóvenes habían sido advertidos de amistades existentes entre ellos, que de uno o de otro modo, si no se rompen, terminan por ser una peste para la comunidad, y el mismo don Bosco les había hablado y avisado individualmente y sin éxito, acudía a otro medio. Les llamaba juntos a su habitación, y, después de hacerles esperar un rato en la antesala para que reflexionasen ((**It4.568**)) sobre el motivo de la llamada, empezaba a hablarles tal como le sugería la caridad. ->>No os he hecho avisar, y no os he avisado bastante? Se dice de vosotros esto y esto: >>debo creerlo? >>Y por qué queréis darme tantos disgustos? >>Por qué queréis obligarme a dar un paso que tanto me molesta? >>Por qué no ayudáis vosotros mismos a don Bosco a salvaros? Decís que no hacéis nada malo: >>acaso es un bien la desobediencia? Obedeced al menos una vez. Haced para que no os vuelvan a ver juntos. íDejad esas conversaciones! Por favor, hacedlo. Es la última vez que os lo aviso. Marchaos antes de que tenga la pena de tener que expulsaros. Si veo que seguís siendo malos, mi decisión está tomada. íEntonces lloraréis! A veces usaba palabras más serias. Pero, por lo general, resultaba bien esta prueba, como nos lo aseguró el mismo don Bosco. Mas, si sucedía que alguno había dado un escándalo, entonces se (**Es4.435**))
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