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((**Es4.37**) medio de los muchachos y admirar su actitud. A don Bosco le parecían personas muy distinguidas, y se dio cuenta de que enseñaban el catecismo maravillosamente. Colocado en un sitio desde donde podía oír al que enseñaba en el coro, oyó que hablaba de la fe con ejemplos y comparaciones. -<>. Cuando don Bosco oyó aquellas explicaciones tan sólidas y, al mismo tiempo, tan adaptadas a la inteligencia de los muchachos, rogóle quisiera darles una platiquita después de Vísperas. Objetóle el sacerdote que, siendo forastero, no le parecía conveniente; que los muchachos necesitaban oír una voz conocida. Insistió don Bosco y al mismo tiempo invitó al otro para dar la bendición con el Santísimo; los dos aceptaron sin dificultad. Durante el sermón el otro sacerdote asistía a los muchachos. Terminadas las funciones religiosas, estaba don Bosco impaciente por conversar con ellos, y saber quiénes eran. -Este Padre es el abate Rosmini, fundador del Instituto de la Caridad, dijo uno de ellos señalando al otro. ((**It4.35**)) Sorprendido del todo, exclamó don Bosco: -íEl abate Rosmini! íel filósofo! -íOh, el filósofo!, dijo sonriendo Rosmini. -íUn personaje de tanta fama, continuaba don Bosco, que ha escrito tantos libros de filosofía! -Eh, sí; he escrito algún libro -respondió Rosmini con un aire de humildad e indiferencia que admiró a don Bosco. Este añadió: -Ahora ya no me extraña haya dado el catecismo tan bien y tan sabiamente. Y usted, continuó dirigiéndose al otro, >>tendría la bondad de decir su nombre? -José Degaudenzi. ->>El Canónigo Arcipreste de Vercelli? El mismo. -íCómo me alegra conocer personalmente a quien ya conocía muy bien por correspondencia epistolar! íUn hombre tan insigne por su caridad y por su celo!(**Es4.37**))
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