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((**Es4.287**) <((**It4.370**)) cuestión que, según decían, tenía que ver con nuestro honor. Algunos de los más instruidos e inteligentes sospecharon una celada y no intervinieron. En efecto, se trataba, ni más ni menos, de acusar a don Bosco de habernos insultado y deshonrado públicamente tildándonos de vagabundos y ladrones: Era una cuestión desleal, con la que estaban seguros de sembrar el desorden, y en parte lo alcanzaban, en una obra que prosperaba en el nombre del Señor. Reunidos, nosotros los catequistas, en una estancia de la planta baja del Oratorio, don Rodrigo sacó y leyó la circular escrita e impresa por don Bosco para la tómbola. Acabada la lectura llamó nuestra atención sobre este párrafo: <>. La mayor parte de los catequistas eran jóvenes honrados, pertenecientes a buenas y hasta acomodadas familias de obreros y comerciantes, y otros de su misma condición frecuentaban el Oratorio. Como es evidente, la carta-circular no mencionaba a éstos, puesto que no era ése su fin. Pero, terminaba el orador: -íA vosotros, a vosotros precisamente alude don Bosco y es una infame injuria de la que hemos de pedirle reparación! >>Cuando él acabó, estalló una violenta agitación entre aquellos muchachos irreflexivos. Yo pedí la palabra y se hizo el silencio en la sala. Para conocer y deshacer las tramas de aquellas cabezas calenturientas, era preciso no mostrarse su enemigo; así que empecé a hablar en los siguientes términos: >>-Compañeros, ninguno de vosotros podrá acusarme de tener nuestro honor en menos de lo que cada uno de vosotros lo tiene. Sin embargo, para no aventurarnos a una prematura resolución, yo aconsejaría que ((**It4.371**)) pensáramos nosotros mismos ahora, lo que debe hacerse. Si don Bosco, reconocido el error, se inclinara ante nuestros deseos, queda terminada toda cuestión; si, por el contrario, rechazara retractarse, será inevitable en tal caso actuar, y yo pretendo daros ejemplo de hombre que sabe el respeto que a sí mismo y a la propia familia se debe; vosotros me veréis defender, el primero, lo que más nos interesa: el aprecio de nuestros conciudadanos. Pero, antes de llegar a este extremo, examinemos con calma si las frases de (**Es4.287**))
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