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((**Es4.174**) a sus ordenanzas y respondía: -Pero si estoy bien: yo no necesito tantos cuidados. Y se ponía a hablar de temas médicos, en forma que los doctores decían que cuando se encontraban con don Bosco, tenían que sufrir un examen. ((**It4.219**)) En las enfermedades declaradas nunca se ponía en manos de los médicos, a no ser obligado por los suyos; y sólo entonces se sometía a sus prescripciones, pero se manifestaba indiferente a la mejoría o al empeoramiento. De todos modos, si por razón de caridad o de religión se veía obligado a un trabajo o a un viaje, se aventuraba valerosamente, aún en contra del parecer de los doctores, dispuesto a perder la vida por la Iglesia y por las almas. Hemos traído a estas páginas los testimonios de algunos de nuestros hermanos, anticipando en varios años la aparición en la escena de nuestros sucesos. Pero era necesario que los lectores tuvieran ante sí, en cada uno de los instantes y circunstancias que expondremos, la vida constantemente mortificada de nuestro admirable fundador. (**Es4.174**))
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