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((**Es3.67**) noche, escuchaba en ocasiones una muchedumbre de penitentes sin cuento; y esto por años, desde 1844 a 1865. Su nombre era sinónimo de confesión para los que le conocían. Por eso era normal, en cualquier lugar a donde fuera, aunque no subiera al púlpito, el que acudieran a él personas deseosas de reconciliarse con Dios, especialmente aquéllas que, a punto de sucumbir en la desesperación, necesitaba más de su caridad sacerdotal. Muchos iban a Valdocco. <((**It3.74**)) volver con frecuencia, asegurándoles que Dios en su infinita misericordia había cancelado todas sus culpas>>. Estas visitas llenaban de gozo a don Bosco, tanto más cuanto que él se preocupaba con perenne solicitud de la eterna salvación de cuantos encontraba a su paso, hasta de aquéllos que nunca había conocido. No aceptaba hablar más que de asuntos espirituales y tenía gran facilidad para introducir esta clase de conversación en cualquier ocasión y sugerir pensamientos eficaces para consuelo de los buenos y conversión de los pecadores. A estos no sólo los atendía, recibiéndoles con alegría, sino que a menudo iba en su busca, y los animaba, ora con consejos, ora con una invitación, ora con una palabra casual, pero penetrante, a arreglar las cosas del alma. Era en esto de una sorprendente franqueza: ->>Ha cumplido ya con Pascua? >>Cómo andamos del alma? >>Cuánto tiempo hace que no se ha confesado? Estas salidas y otras semejantes, directas o indirectas, siempre adaptadas a la condición de las personas con quienes trataba, las tenía a flor de labio. Nosotros mismos le hemos oído preguntas o insinuaciones de esta índole, dirigidas a personas del pueblo, comerciantes, literatos y señores de la nobleza, lo mismo que a príncipes, duques, senadores, diputados, generales del ejército, ministros del Estado y otros personajes renombrados por sus ideas, obras y escritos contrarios a la Iglesia. Y siempre hemos comprobado, con gran maravilla, que ninguno se ofendió por aquella su apostólica libertad, siempre acompañada de exquisita cortesía en los modales, de una(**Es3.67**))
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