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((**Es3.65**) acabado el exordio, desarrollaba unos puntos sobre los novísimos o sobre los mandamientos de la ley de Dios. Fue invitado un día a predicar a las religiosas de un ilustre monasterio. Era la fiesta de una santa mártir, su patrona principal. Como sabían lo bien que poseía la historia eclesiástica, esperaban les presentara a su santa bajo un aspecto nuevo o pusiera de relieve circunstancias de su vida por ellas desconocidas, o reflexiones ascéticas y místicas que dieran prueba de su ciencia. Fue todo al contrario. Don Bosco, que vio la iglesia llena de conspicuos señores e ilustres damas, empezó diciendo que hacía muchos años, más de un siglo, que aquel día y en aquel lugar se venía narrando la vida y tejiendo los elogios de la santa mártir: y que, por tanto, se preguntaba a sí mismo qué ventajas se podrían sacar repitiendo hechos que todos sabían. Después, pidió licencia a la santa mártir y le preguntó si no sería el caso de cambiar aquel año, al menos para variar, el tema del sermón: y, sin más, expuso el tema que iba a desarrollar, a saber: <>. íImagine el lector cómo se quedaría el auditorio! >>Habló don Bosco por humildad, o movido por una luz superior para tratar aquel tema? Sea como fuere, hay que recordar que el fin de sus predicaciones era siempre la conquista de almas para el Señor.(**Es3.65**))
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