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((**Es3.270**) ((**It3.344**)) -Muy bien, muchacho, muy bien. Ahora quiero que me afeites tú. -Por favor, dijo entonces el dueño, no se exponga, señor Teólogo, porque este muchacho hace muy poco tiempo que aprende y no es capaz de afeitar la barba a un chivo. -No importa, señor, respondió don Bosco: si el chiquito no hace la prueba, nunca aprenderá. -Discúlpeme, reverendo; si es preciso hará la prueba en la cara de otro, pero no en la de un sacerdote. -íVaya! >>Es que mi cara vale más que la de otro? No se preocupe, señor barbero; y diciendo su nombre añadió: mi barba es barba de bosch: 1 con tal de que su aprendiz no me corte la nariz, lo demás no cuenta. Y fue preciso que el barberillo pusiese manos a la obra. No hace falta añadir que, bajo sus manos inexpertas y temblorosas, al pobre don Bosco le tocó reír y llorar a un mismo tiempo; pero le dijó hacer intrépidamente. Al acabar la faena, dijo al muchacho el paciente sacerdote: -Lo has hecho bastante bien, bastante bien; dentro de poco serás un famoso barbero. Se entretuvo todavía unos minutos con él, le invitó a ir al Oratorio el domingo próximo, y el chiquillo se lo prometió de corazón. Pagó don Bosco al dueño y se marchó, palpándose por el camino de vez en cuando la cara, que le ardía, satisfecho sin embargo, de haberse ganado la amistad de un nuevo muchacho. Carlitos cumplió la palabra y al domingo siguiente fue al Oratorio. Don Bosco lo puso por las nubes, le hizo ((**It3.345**)) jugar con los compañeros y tomar parte en las funciones religiosas. Al terminar éstas, el buen sacerdote lo retuvo un momento, susurró a su oído una de aquellas palabras que ganan los corazones, lo llevó a la sacristía, le preparó convenientemente y le confesó. Fue tal la alegría del chico en aquel momento, que se echó a llorar desconsoladamente, hasta arrancar también las lágrimas a don Bosco. A partir de aquel día convirtióse el Oratorio en su lugar predilecto, al que corría, apenas podía, los días de fiesta. Aprovechaba tan bien las enseñanzas que allí le daban, que cuando en la barbería oía a alguno que no hablaba bien, le reconvenía diciendo: >>No tiene usted vergüenza de hablar de este modo delante de un niño? Y lo hacía callar. Habían pasado unos meses después de este feliz encuentro, cuando 1 Bosch, significa madera en piamontés. (**Es3.270**))
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