Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es3.245**) Finalmente, sin entrar en consideraciones políticas de ningún género, don Bosco proclamaba con la historia, algunos derechos de la Iglesia que los adoradores del Dios Estado le hubieran negado. <>. De este modo daba don Bosco a sus muchachos unos criterios justos, diseminados por las páginas de su Historia Eclesiástica, para juzgar los acontecimientos que se desarrollaban ante sus ojos con perjuicio para la Iglesia. Sabía después, ocasionalmente, resaltar aquéllos que aislados servían a su fin o bien agrupar muchos de ellos cuando los necesitaba para una demostración completa. Por este motivo sin duda, sólo trataba por encima la edad media. Siempre con circunspección, nunca demasiada, dado que lostiempos eran cada vez más turbulentos, don Bosco, después de dar miradas al próspero estado de la Iglesia en Europa y en las Misiones, ((**It3.312**)) a pesar de los obstáculos y de las persecuciones, y de considerar el descrédito cada día mayor del protestantismo en Inglaterra, afirmaba que le parecía que Dios estaba preparando una reacción con ventaja universal. Y añadía: <>. Este era el ardiente deseo de su corazón, pero no estaba libre de fundados temores. Unas páginas antes, después de tejer un magnífico elogio a Pío IX le dedicaba las siguientes frases: <>. Y concluía el libro con esta hermosa peroración: (**Es3.245**))
<Anterior: 3. 244><Siguiente: 3. 246>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com