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((**Es3.202**) sobre cómo alojarían y atenderían a aquellos buenos muchachos; pero, una vez que pasaron el recinto de consumos y se vio a campo libre, empezó a rezar en alta voz el rosario, al que respondía toda la comitiva. Los señores Moglia, sus antiguos amos y cooperadores, avisados por carta de su paso, les prepararon todo bien de Dios en su alquería para atenderlos dignamente. Los primeros años iba siempre con cuatro o cinco muchachos, después con diez o quince. La última vez fueron veinticinco, y ya dejó de pasar por casa de los Moglia, por miedo a abusar de su generosidad y por el número siempre en aumento de sus acompañantes. Su llegada era un día de fiesta y alegría. Tenían preparada para ((**It3.252**)) los muchachos una abundante polenta, con gran cantidad de salchichas, que ellos mismos aliñaban. Don Bosco y sus ayudantes, cuando tuvo consigo sacerdotes y clérigos, se sentaban a la mesa con el amo y su familia. Desde allí reanudaba don Bosco su camino hasta Morialdo, donde acostumbraba a quedarse en su casa paterna unas semanas, ayudando al teólogo Cinzano en la fiesta del Rosario. Al volver a Turín llevóse consigo a Valdocco al primer estudiante de Castelnuovo de Asti, sobrino suyo, llamado Alejandro, hijo del señor Juan Bautista Pescarmona. El padre, rico propietario, convino con don Bosco pagarle una determinada pensión mensual y proveer a su hijo de ropa, libros y cuanto fuera menester en caso de enfermedad. Debía matricularse para el tercer curso de latín, se alojaría en casa de don Bosco e iría a clase con un profesor de la ciudad, llamado José Bonzanino. El padre, sabedor de las estrecheces que pasaba don Bosco, quiso adelantarle la pensión convenida, correspondiente a tres años. Hemos hecho referencia a este caso para recordar una norma que, ya desde entonces establecía don Bosco para aceptar a un alumno en su asilo. <>. Alejandro no fue el único a quien don Bosco hizo sentar a su mesa. Andaba siempre a la caza de ayudantes que le echaran una mano para llevar adelante su obra; daba por consiguiente alojamiento en su casa a eclesiásticos ((**It3.253**)) o seglares, que querían vivir en Turín por razón de estudio u otros motivos. Estos pagaban una pensión (**Es3.202**))
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