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((**Es2.72**) siempre con una exhortación al bien y a entregarse con celo a la salvación de las almas: ora un aviso, ora una exhortación a la práctica de las virtudes sacerdotales, a la fuga de los peligros, a seguir la propia santificación, a poner en las manos del Señor toda empresa con la única intención de no hacer más que la divina voluntad, de no mostrar demasiado amor ((**It2.82**)) a los parientes, de vivir desprendidos del mundo y unidos espiritualmente a Dios, de no negarse jamás a la obra de caridad de reconciliar las almas con el Señor, mostrando todas estas cosas como algo fácil, noble y fuente de grandes consuelos. Don Bosco estaba siempre pendiente de los labios del querido maestro. Quedaba como absorto y encantado al extremo de declarar él mismo: <>Pero lo que prestaba mayor encanto a sus lecciones y a sus palabras era la confianza ilimitada de la bondad y amabilidad de Dios con nosotros. Oírle hablar y quedar consolado era lo mismo. Dijo un día uno en su presencia: -íA saber si yo iré al cielo! -íOh, exclamó, eso no se puede poner en duda! Hay cristianos que tratan el asunto de la salvación como si se tratase de la lotería, esperando un buen número de la suerte. No debe hacer así. Hemos recibido la ley ((**It2.83**)) y las promesas de Jesucristo y el que quiere cumplir la ley, no debe dudar de las promesas. -Hablaba del paraíso, como quien tiene un pie dentro y trata de facilitar la entrada a los demás. Insistía mucho en la práctica de las pequeñas virtudes, en no dejar escapar las ocasiones de los pequeños sacrificios que se presentan a lo largo de la jornada y repetía con frecuencia que estas pequeñas cosas se convierten en grandes tesoros>>.(**Es2.72**))
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