Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es2.438**) repetir hasta las lágrimas: -íQué consuelo! íMe parece estar en el paraíso! Después de la función dio una pequeña cena a los muchachos y los envió a sus casas a descansar. El, después de unas horas de sueño, volvía a la iglesia, a la espera de la turba más numerosa que no había podido asistir ((**It2.584**)) a la solemnidad de la noche: confesó, celebró las otras dos misas y luego se entregó a las múltiples ocupaciones de los días festivos. Así se celebró por varios años la novena y fiesta de Navidad, hasta que don Bosco pudo disponer de otros sacerdotes. Pero estas primeras fiestas de Navidad revistieron un carácter inolvidable, porque señalaban como definitiva la toma de posesión de la prometida casa Pinardi, ya que todo estaba ordenado para el regular desenvolvimiento del Oratorio, y confirmaron las promesas de los futuros grandes edificios que narrarían la bondad del Señor a las futuras generaciones. Con cuánto afecto exclamaría don Bosco, al rezar aquel día el oficio divino con la mente llena de sus ideales: <>1. 1 Salmo XLVII, 10, 11. (**Es2.438**))
<Anterior: 2. 437><Siguiente: 3. 13>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com