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((**Es2.316**) Don Cafasso la sostenía con sus limosnas y decía a don Bosco que, ya que no lograba que los demás comprendieran sus planes, procurara contemporizar, no tomando por el momento ninguna determinación y dejándose llevar por los acontecimientos que suscitara la Providencia. El teólogo Borel, siempre bien dispuesto a ayudarle, observaba, callaba y compadecía al amigo que se consumía con tanto sufrimiento y tantas noches en vela. Pero don Bosco quiso sacarlo de su angustia y hacerle entender que estaba perfectamente cuerdo: así que le manifestó, bajo el más profundo secreto, que había tenido en más de una ocasión cierta visión por parte de Dios y de la Santísima Virgen; y que en las proximidades de Valdocco tendría su cuna el Oratorio y una Congregación religiosa que él tenía intención de fundar. El teólogo Borel se llenó de alegría con esta revelación y recordaba y repetía después con frecuencia estas palabras de don Bosco. Cuando en 1857 vio edificada la primera parte del actual Oratorio, le decía al clérigo Miguel Rúa: -Ya en sus predicciones me describió don Bosco esta casa y su forma, de suerte que he de reconocer que se ha realizado plenamente el proyecto de aquellos edificios imaginarios que él aseguraba entonces haber visto en sueños. (**Es2.316**))
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