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((**Es2.313**) persona prudente, para que examinara, sin darlo a entender, a don Bosco. Se temía, de ser verdad las cosas que corrían, que hubiera escenas perjudiciales para la buena reputación y dignidad del sacerdote. Fue al Refugio el enviado de la Curia y, después de un largo preámbulo, hizo recaer la conversación sobre la importancia del Oratorio. Don Bosco empezó enseguida a hablar con entusiasmo de lo que tanto le interesaba: -íSí, sí!, decía; con la ayuda de Dios algo podremos hacer. Allí está mi casa, cerca de ella mi iglesia, donde celebraremos magníficas funciones... Aquí veo reunidos a mis sacerdotes y clérigos, que ahora no existen, pero que vendrán y me ayudarán. En este lugar veo una multitud innumerable de muchachos que me rodean, me escuchan, me obedecen y se hacen buenos. El enviado escuchó todo con dolorosa sorpresa y dio cuenta de ello a los que le habían mandado. Los cuales concluyeron: -Verdaderamente peligra. Está alucinado por una idea fija: íla de llegar a tener lo que no tiene ni tendrá jamás! Sin embargo, quedaron perplejos ante el partido a tomar, teniendo también en cuenta que el Vicario General, Ravina, era muy amigo de don Bosco y no permitiría se tomara ninguna decisión precipitada. Pero lo que ellos no hicieron, se preocuparon de llevarlo a cabo otros respetables eclesiásticos de Turín. Reunidos para la conferencia teológica, hablaron al final de las noticias ((**It2.414**)) del día, referentes al clero y especialmente a don Bosco. Como resultado, pensaron y resolvieron intentar la curación de quien, según ellos creían, padecía una enfermedad mental: -Don Bosco tiene ideas fijas, que le llevarán inevitablemente a la locura; como su mal está todavía en los comienzos, tal vez pueda ser vencido con un tratamiento cuidadoso y así llegaremos a tiempo para impedir la desgracia completa. Llevémoslo al manicomio, y allí, con las debidas atenciones, se hará cuanto la caridad y el arte inspirarán para su bien. Se renovaba en don Bosco lo sucedido a Nuestro Señor Jesucristo: <> 1. Fueron, pues, a hablar con el director del manicomio y lograron 1 Marcos III, 20, 21. (**Es2.313**))
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