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((**Es2.259**) Don Bosco fue a aconsejarse con don Cafasso, con el teólogo Borel y don Pacchiotti. Charitas non agit perperam. La caridad no obra temerariamente 1. Qué partido tomar? Volver al Refugio era imposible. Seguir las reuniones hasta el primero de enero en la iglesia de San Martín no era conveniente por la animosidad de los molineros envalentonados con la decisión del Municipio. Tampoco era solución suspender la catequesis. Pero a dónde ir? Después de orar, decidieron continuar la empresa a toda costa. La iglesia de San Martín serviría para resguardarse, en caso de intemperie, a la hora de la instrucción religiosa; la plaza de los Molinos sería el lugar de cita y punto de partida; y el Oratorio se convertiría en ambulante. Empezaba el mes de diciembre y así se hizo por algunas fiestas. Por la mañana acudían los muchachos a la plaza de los Molinos, donde los aguardaba don Bosco. Iban provistos de la comida para todo el día. A cierta hora, el bravo Capitán los ponía en orden, encomendándoles que no chillaran, al menos dentro de la ciudad. Dada la señal de marcha, él en ayunas y medio enfermo, se ponía a la cabeza y conducía a la alegre brigada algunos kilómetros fuera de Turín. Unas veces iban a Sassi, otras a la Virgen del Pilón, a la Virgen del Campo, al Monte de los Capuchinos, a Pozzo di ((**It2.340**)) Strada, a la Crocetta, y a otros sitios. Al llegar a la meta señalada previamente, don Bosco pedía el debido permiso al párroco del lugar o a los religiosos del convento, permiso que nunca le fue negado. Entraban todos en la iglesia, y como don Bosco lo que más deseaba era que se confesaran, a pesar de los apuros del tiempo, rogaba a algún buen sacerdote que le ayudara a confesar a unos cuantos. Después celebraba la santa misa y, al final, hacía una breve explicación del Evangelio. El devoto comportamiento de los muchachos edificaba a los feligreses del lugar y hasta a los mismos religiosos, cuando se trataba de un convento. Lo que más atraía a los jóvenes eran los sermones de don Bosco. Un día explicaba el mismo don Bosco a don Luis Guanella la causa de su atractivo: -Si quiere agradar y hacer el bien a los niños, hay que predicarles con ejemplos, parábolas, comparaciones; pero lo que más interesa es contarlos bien y con muchos detalles: hay que descender a los pequeños detalles. Los muchachos se interesan por lo que favorece o contraría a los personajes que se describen, se apasionan por los casos tristes o alegres que impresionan su fantasía y esperan con ansia en qué va a acabar la narración. 1 1¦. Corintios XIII, 4. (**Es2.259**))
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