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((**Es19.169**) Manifestaciones diversas Hubo diversas manifestaciones durante el triduo y después del mismo, que más o menos directamente se referían al suceso central de aquellos días y de este capítulo. Una fue la visita de los Cardenales, Obispos y Misioneros a la grandiosa industria automovilística italiana Fiat, el día diez de junio por la mañana. Para honrar a Sus Eminencias acudieron las Autoridades de la ciudad junto con el senador Agnelli, propietario de la empresa. Don Pedro Ricaldone hizo la presentación, observando cómo allí estaba representado todo el mundo. En efecto, junto a los Prelados italianos y extranjeros había Obispos residenciales, Vicarios y Prefectos Apostólicos y otros Jefes de Misiones, procedentes de diversas partes de Africa, Asia y América. El senador Agnelli dio la bienvenida a los visitantes y se refirió a la relación que su presencia tenía con el gran festejado. <((**It19.198**)) Fiat a Sus Eminencias, Monseñores y Misioneros; les doy de corazón la bienvenida. Me resulta muy agradable hacerlo, porque recuerdo que conocí personalmente a don Bosco, cuya imagen luminosa habla constantemente a mi espíritu. Sus discípulos, los seguidores del Beato don Bosco, este gran piamontés, a quien hoy venera y festeja singularmente Turín, sentirán aquí latir un ritmo de vida que no habría resultado desagradable al Beato, que fue un sublime héroe de la caridad cristiana y a la vez un ardentísimo apóstol del trabajo humano, un instigador excepcional de energías, un descubridor de fuerzas secretas, un fundador incansable de fábricas y talleres. Los trabajadores de la Fiat estarán orgullosos de que los heroicos Misioneros de las Casas Salesianas, que cubren verdaderamente la faz de la tierra, lleven en su apostolado entre las gentes más diversas y lejanas, como expresión viva de la Italia renovada, el recuerdo y la visión de este nuestro templo del trabajo>>. La visita duró varias horas y dejó en todos el sentimiento de la más alta admiración. No quedó en el olvido el pobre caserío de I Becchi, donde don Bosco abrió los ojos a la luz del sol. Fueron muchos los peregrinos que se trasladaron hasta allí antes de volver a su morada. Allí fue el cardenal Ascalesi, con doscientos del sur; y también monseñor Endrici, príncipe obispo de Trento. Habiéndole rogado a éste, al firmar en el álbum de honor, que pusiera bajo la firma sus títulos, respondió: ->>Y qué valen mis títulos en comparación de la grandeza alcanzada por el humilde campesino que nació en esta casucha? Las peregrinaciones se repitieron diariamente durante varias semanas. De la humildad de todo lo que acompañó los primeros años (**Es19.169**))
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