Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.476**) La prensa de todo color y nación tejió las alabanzas del difunto, con excepción de la Gazzetta del Popolo de Turín: como no podía hablar mal, seguramente prefirió callar o, peor todavía, publicó su fallecimiento en la reseña necrológica ordinaria de la ciudad, que le remitía diariamente el Municipio. Pero, hasta un periódico humorístico de Turín, redactado en dialecto piamontés, aunque era anticlerical, tuvo la franqueza de aplicar al director de dicho periódico el refrán de que, con aquel acto, había demostrado ser verdad aquello de que en llegando a viejo, se pierde lo mejor 1. A primera hora del primero de febrero, fue religiosamente transportado el bendito cuerpo a la iglesia de San Francisco. Poco antes del traslado, parece que le fue concedida ((**It18.549**)) una verdadera gracia al coadjutor Bona, que llevaba la calderilla del agua bendita. Hacía un mes que padecía dolores en una pierna; aquella misma mañana sufría mucho al subir y bajar las escaleras. Se encomendó, pues, mentalmente al buen Padre y, en el momento en que don Juan Bonetti rociaba con el hisopo el cadáver, se sintió libre de su mal 2. La iglesia estaba toda cubierta de paños negros. El cuerpo del Santo no lo colocaron en el ataúd, como se acostumbra, sino sentado en un sillón, puesto sobre una tarima. A su alrededor ardían muchos cirios. En seguida desfilaron los muchachos, con los ojos humedecidos por las lágrimas, ante su Padre, que estaba allí como dormido, con la cabeza ligeramente inclinada al lado izquierdo, con el rostro sereno y casi sonriente, con los ojos entreabiertos y fijos en la imagen de Jesús crucificado, que estrechaba entre las manos juntas. Se abrió al público la iglesia hacia las ocho. El desfile de visitantes duró de la mañana a la noche y llegó a ser tan numeroso que fue menester la asistencia de la guardia municipal para mantener el orden, procurando que la salida fuera por otro sitio distinto de la entrada. Quien vio entonces las calles de Valdocco, tuvo la impresión de Es útil incluir en el Apéndice, al menos, una muestra de las cartas de pésame (Doc. 98, A-Z). Quien lo vio o habló con él, tuvo también gusto en hacer mención de ello, considerándolo como una verdadera fortuna. Es una documentación valiosa para el pleno conocimiento del Santo (Ap., Doc. 99). 1 El Falabr…ch (el Gandul), era un periódico humorístico en piamontés, que comenzó a salir hacia 1848-50, y que escribía el 5 de febrero de 1888: <>. Con toda razón dijo Unit… Cattolica del 3 de febrero: <>. 2 Carta de Bona a don Miguel Rúa, 2 de febrero de 1888. (**Es18.476**))
<Anterior: 18. 475><Siguiente: 18. 477>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com