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((**Es18.443**) confidenciales, se lo hizo saber en el momento oportuno. El incomparable bienhechor se había hecho presente todavía una vez más el dieciocho de diciembre. Había prometido tiempo atrás que costearía la adquisición de las campanas para la iglesia del Sagrado Corazón y, al saber las inscripciones que las habían puesto, que lo supo bastante tarde, no recordaba la cantidad convenida y, por eso, rogaba que se la volviera a decir 1. Con ocasión de los funerales, ocurrió un gracioso lance, por cierto bastante extraño. Un periódico de Tolón publicó la muerte del Conde Colle, a la vez que la de don Bosco. El Inspector de Francia, don Pablo Albera, que se encontraba en aquella ciudad, dolorosamente impresionado por la inesperada noticia, se apresuró a pedir explicaciones. El redactor le respondió: -Todos saben que el Conde y don Bosco eran muy amigos. Días pasados supimos que don Bosco ((**It18.510**)) estaba en las últimas, y me pareció una idea bonita y un feliz motivo de inspiración para escribir un artículo, anunciando que ambos habían fallecido a la par. El tres de enero, en vista de que progresaba la mejoría iniciada el treinta y uno de diciembre, monseñor Cagliero preguntó a don Bosco si le permitía ir a Nizza Monferrato para la toma de hábitos de las Hijas de María Auxiliadora. Don Bosco, sonriendo, le respondió: -Sí, vete y bendice a aquella comunidad de mi parte. Pero >>volveras? Quería decir si regresaría después de la ceremonia, sin irse a otra parte. Sentía mucho la ausencia del Oratorio de los Superiores principales, aunque fuera momentánea. La impresión de soledad suele ser muy penosa para los enfermos, especialmente cuando son entrados en años. Que don Bosco esperase escapar a la muerte, no se puede suponer ni siquiera remotamente. En efecto, aquella misma noche, después de cambiarlo de cama, preguntó al secretario: ->>Eres Viglietti? -Sí, le respondió, soy Viglietti. -Pues bien, querido Viglietti, >>sabes por qué, cuando hace varios años, partía monseñor Cagliero para América, no quise dejarte marchar con él? -Sí, ahora lo comprendo. -Bien, lo entiendes y lo ves. Ya te lo dije, >>recuerdas? Serás tú quien cierre mis ojos. 1 Ap., Doc. 95. (**Es18.443**))
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