Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.398**) De este modo, sin palabras de queja, dejaba entender su situación y la razón de su mesurado hablar. De vez en cuando, iban franceses a visitarlo. El día once de octubre le presentaron uno de éstos, que sufría enajenación mental, pero tenía intervalos de tranquila lucidez durante los cuales gozaba plena conciencia de su propio estado. Aconsejó el Santo que le hicieran volver para oír su misa, en la que rogaría por él. Volvió, oyó la misa y hasta pudo comulgar. Al salir, dijo aquél, que le parecía estar completamente curado. También don Bosco aseguró a la señora, pariente suya que le había acompañado, que la gracia le había sido concedida. El día trece se presentó monseñor Grolleau, obispo de Evreux, llegado expresamente al Oratorio para obtener de don Bosco que abriese una casa salesiana en su diócesis. Se trataba de ello desde finales del 1882. Monseñor habría querido cederle un colegio de enseñanza media, construido y administrado por dos sacerdotes hermanos, en Neubourg, cambiándole el destino y convirtiéndolo en escuela profesional y agrícola. El conde Carlos De Maistre, su diocesano y muy amigo de don Bosco, había servido de intermediario. La falta de personal no permitió atender la petición. El Obispo, impresionado por la delicadeza con que se había contestado al Conde, quiso dar las gracias directamente a don Bosco, rogándole que no perdiera de vista la fundación. <((**It18.459**)) mi respetuosa simpatía. Un año después volvió a escribirle, por medio del Conde. Había hablado con el Santo en París, quedando de acuerdo en que había que esperar la hora de la Providencia. Le parecía que había sonado la hora. El colegio no podía seguir adelante: el Gobierno estaba dispuesto a adquirirlo para poner en él una escuela profesional y agrícola suya. Dado el espíritu que entonces reinaba, preveíase que el instituto se convertiría en un centro de irreligiosidad en el corazón de la diócesis. Don Bosco escribió sencillamente sobre la carta: <>. Lo cual da a entender que él no veía todavía la posibilidad de aceptar. En efecto, por las palabras del Obispo, se colige que la situación económica del colegio estaba enredada 2. Tampoco Monseñor debía pensar de otro modo, puesto que la correspondencia epistolar se paró hasta octubre del año 1887, después de la visita 1 Evreux, siete de junio de 1882. 2 Evreux, cuatro de junio de 1883. (**Es18.398**))
<Anterior: 18. 397><Siguiente: 18. 399>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com