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((**Es18.358**)((**It18.410**)) CAPITULO XIX CINCO REPUBLICAS DE AMERICA PIDEN A DON BOSCO LOS SALESIANOS UN hecho, que llamó poderosamente la atención de León XIII, con relación a la Congregación Salesiana, fue el ver en las relaciones de los Representantes de la Santa Sede en América latina, lo mucho que apreciaban aquellas tan democráticas Repúblicas la Obra de don Bosco. Los mismos Gobiernos hacían todo lo posible para conseguir de don Bosco que estableciera allí sus instituciones; y hasta los Presidentes de aquellos Estados acudían al Papa para pedirle que interpusiese su máxima autoridad y fueran atendidos sus deseos. Eran cosas que don Bosco había visto claramente en sus sueños misioneros y las había anunciado con la misma claridad a sus hijos atónitos. Es cierto que sus predicciones no se referían a un porvenir tan cercano; pero quiso la Providencia que no saliese de este mundo sin contemplar, al menos, un inicio de su cumplimiento. En efecto, en los dos últimos años de su vida llegáronle peticiones formales desde Chile, Venezuela, Perú, Colombia y Ecuador, las mismas naciones que le fueron mostradas en aquellas proféticas manifestaciones. Aún tuvo ocasión de participar personalmente para colocar allí las primeras células, de las que se siguió el rápido y abundante desarrollo de las florecientes organizaciones salesianas locales. Aquí, además, hay que admirar un rasgo verdaderamente providencial. Se estaba abriendo entonces el canal de Panamá, en el istmo ((**It18.411**)) que unía las dos Américas; empresa gigantesca, que, al poner en comunicación el océano Pacífico con el Atlántico, habría facilitado mucho la emigración a las Repúblicas vecinas. Y ya se sabe lo grande que ha sido el contingente de italianos que fueron a establecerse en aquellos ricos países. Y no fue sino por designio de Dios que se encontraran allá sacerdotes, que estuvieran en condiciones de prestarles auxilios morales y espirituales al llegar. La atención a los emigrantes entró, como es sabido, desde el principio, en el programa misionero de nuestro santo Fundador. Hemos reunido diligentemente, sobre estos inicios de la actividad (**Es18.358**))
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