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((**Es18.328**) la vida. Nosotros, al ver estas uvas, nos trasladamos con el pensamiento a aquellas colinas, sobre las cuales, hace hoy setenta y dos años, la mística viña de Francisco y Margarita Bosco, bajo la protección de la Virgen elevada al cielo, producía aquel maravilloso racimo de uvas que debía endulzar la vida de muchos millones de almas. Ese racimo eres tú y, entre estos millones de almas que han participado de esta dulzura, en este septuagésimo segundo año de tu nacimiento, estamos nosotros, que en esta roca, que puede llamarse la mística viña salesiana o mejor diré el lagar donde Tú, en los años más hermosos de tu actuación, casi extrajiste en los santos días de ejercicios y en los primeros Capítulos el jugo y la vida de tu mística viña salesiana, gozamos hoy al poder obsequiarte, con todo el respeto y cariño, de que es capaz el corazón de hijos, y de los hijos que ven en Ti un rayo de la benignidad de la que es su Madre, y tuya, María elevada al Cielo, rayo que apareció mil setecientos setenta años después de su Ascensión al cielo, es decir en 1815, y que todavía hoy brilla en esta roca y, como esperamos, seguirá brillando muchos años>>. El párrafo es largo, pero de un lirismo que, en un hombre como don Carlos Ghivarello, entregado por completo a las ciencias, responde exactamente a un deseo vehemente de su corazón y da a entender más y más cuánto era el aprecio de aquellos primeros hijos a su gran Padre. Por la tarde se hizo en el Oratorio la solemne distribución de premios con la acostumbrada fiesta final. Presidía don Miguel Rúa, ((**It18.376**)) pero el pensamiento dominante de todo el programa fue don Bosco y su cumpleaños. Desdichadamente no pudo pasar la jornada sin una cruel espina. Una carta del Cardenal Vicario ordenaba, de parte del Sumo Pontífice, el cese de don Francisco Dalmazzo, procurador general de la Congregación ante la Santa Sede y párroco del Sagrado Corazón. Don Bosco mandó ir inmediatamente a Roma a don Francisco Cerruti con la esperanza de detener el golpe; pero éste encontró al Sumo Pontífice inflexible en la determinación tomada y esperando que la Congregación Salesiana estuviera dispuesta a obedecer 1. Entonces, sin la menor tardanza, se apartó a don Francisco Dalmazzo de su doble cargo; y, con la misma presteza, se procedió al nombramiento de don César Cagliero, como procurador, y don Francisco Cagnoli, como párroco. >>Cuál fue la causa por la que se vino el cielo abajo? Una red de 1 Actas del Capítulo Superior, veintinueve de agosto de 1887. (**Es18.328**))
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