Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.125**) cambió en seguida en cariñosa compasión, al ver que, cada vez, se iba encorvando más 1. Mientras iba atravesando a paso lento el patio entre dos grupos compactos de muchachos que se agolpaban para besarle la mano, uno de los secretarios, viéndolo tan fatigado, quiso acabar con aquella aglomeración, apartando a los muchachos; pero don Bosco, que advirtió la pena con que reaccionaron los más cercanos, le dio una cariñosa palmada en la mejilla diciéndole: ->>Por qué no quieres que vengan a besarme la mano? Déjales que vengan. Así todos tuvieron aquella satisfacción, acompañándolo después con gritos de júbilo y aplausos, mientras recorría la galería que llevaba a su habitación. Después de la cena, hubo regocijo general con una espléndida iluminación y las oportunas inscripciones que adornaban el patio. La fiesta del Patrocinio de san José que, en el Oratorio la celebraban especialmente los aprendices, caía en el día dieciséis de mayo. Don Bosco, para dar gracias a María Santísima por los favores recibidos durante el viaje, quiso celebrar la misa, aunque con mucho trabajo, en la iglesia de María Auxiliadora y, según su costumbre, en el altar de San Pedro, durante la misa de la comunidad, así que todos tuvieron la satisfacción de verlo a sus anchas. Al mediodía, bajó a comer con los Hermanos y, tanto los alumnos como los superiores, le leyeron algunas composiciones en prosa y en verso, dándole la bienvenida. Y como don Bosco hablaba muy bien el piamontés y le gustaba mucho, don Juan Bautista Francesia director de los estudiantes, lo saludó alegremente en dicho dialecto 2. Al final don José Lazzero, director de los aprendices, anunció que, después de las funciones de la tarde, los de su sección harían ((**It18.137**)) una veladita que podría titularse: San José y don Bosco, e invitaba a todos los presentes a que la honraran con su presencia; pero que no se atrevía a invitar a don Bosco porque la velada se celebraría en el patio; aunque sería un regalo precioso para sus aprendices que pudiera estar en medio de ellos al menos unos instantes. Don Bosco respondió: -Si hace buen tiempo y el aire no es frío, iré. Y en efecto fue. Viglietti tuvo la idea de colocarle al cuello la medalla que le había dado en Barcelona la Sociedad Católica, la cual 1 Carta de don José Lazzero a monseñor Cagliero, Turín 17 de mayo de 1886. 2 Ap., Doc núm. 22. (**Es18.125**))
<Anterior: 18. 124><Siguiente: 18. 126>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com