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((**Es17.91**) Al ver que no llegaba nada del Vaticano, envió el día veintinueve un mensajero a monseñor Macchi, para saber si ya le habían señalado día y hora para la audiencia; pero la contestación fue negativa y repitió Monseñor que, a su tiempo, escribiría al Sagrado Corazón. El dos de mayo visitó el comendador Sterbini, trinchante 1 secreto de Su Santidad a don Bosco, quien se quejó con él de la larga tardanza. Aquél, indignado, le sugirió que se presentara, sin más, en el Vaticano al día siguiente por la tarde, porque entonces prestaba servicio en la antesala monseñor Marini, amigo del Santo y ciertamente sería introducido; pero don Bosco no consideró prudente proceder de aquella manera. Quejóse igualmente el Siervo de Dios con monseñor Negrotto, canónigo de San Pedro, observando que a algunas ((**It17.97**)) señoras francesas, llegadas después de él, les había sido concedida inmediatamente la audiencia. -Y yo, añadió, tengo que hablar al Papa de asuntos que él mismo me ha confiado. El canónigo, muy extrañado, prometió ocuparse de ello. Pero Lemoyne, angustiado, escribía todavía el 5 de mayo a don Miguel Rúa: <>. En el capítulo IV, podrán adivinar los lectores por sí mismos las causas que tuvieron que determinar alrededor del Pontífice esta especie de obstrucción. Llegó por fin hacia el mediodía del seis de mayo la comunicación de que la audiencia estaba fijada para el día nueve, viernes, a las once. Lo acompañaron don Juan Bautista Lemoyne y don José Daghero 2. Roma, en los padres salesianos de la iglesia del sagrado Corazón, y tuve la fortuna de pasar cinco días a su lado (abril 1884). Había por aquellos días un continuo ir y venir a aquel santo templo, todavía sin terminar, de gente de toda nación y lengua, que iba allí para ver de cerca, oír y admirar al santo. No se marchaba ninguno sin haber obtenido alguna cosita que hubiese sido tocada, bendecida o usada por don Bosco. íOh, si supiese, mi querido Padre, todo lo que entonces vi y cómo se renovó en mí la fe y el amor a nuestro Amor Crucificado! El me quería a su lado y pasamos largas horas en santas conversaciones. Vi entonces a señores de la mas alta aristocracia romana, francesa, alemana, acudir al templo del sagrado Corazón de Roma, para dejar pañuelos de color y blancos y muchos otros objetos para que el Padre los usara al menos una sola vez y guardarlos, al serles devueltos como precioso recuerdo.>> 1 Trinchante: empleado de palacio en lo antiguo, que era gentilhombre de boca, y trinchaba, servía la copa y hacía la salva de la comida, según leo en el diccionario (N. del T.). 2 Según su costumbre, don Bosco apuntó algunas cosas en una cartulina: Para el Padre Santo Audiencia mayo 1884: 1.° Privilegios-Dimisorias prov. 2.° Iglesia y hospicio del Sagrado Corazón. 3.° Fachada. 4.° Casa de La Spezia. 5.° Misiones extranjeras. 6.° Condecoraciones. 7.°(**Es17.91**))
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