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((**Es17.544**) por el Vicario Apostólico en el ilimitado campo de su misión, y pensó hacer con ellos un regalo a dos grandes amigos de don Bosco, imponiendo a los neófitos el nombre del cardenal Cayetano Alimonda y de Luis Colle. El domingo siguiente les administró la confirmación y la primera comunión; después fueron retratados a un lado y otro de Monseñor, y se enviaron copias de la fotografía a don Bosco, a Su Eminencia y al Conde 1. ((**It17.634**)) Por ésta y otras atenciones, el Cardenal dictó y envió a Monseñor una carta con el sello de aquella cordial elocuencia totalmente suya 2. La impresión producida por aquella ceremonia animó a muchísimos a pedir el mismo favor; entre otros, se presentó el hijo de veinte años de un cacique, un mozo alto y membrudo, al que se añadieron seis indias, ya grandecitas. El día señalado, que fue el dieciséis de agosto, festividad del santo del Papa, recibieron todos juntos el bautismo. Al hijo del cacique púsole el Vicario Apostólico el nombre de Joaquín como homenaje al Pontífice y a las hijas del desierto los de Margarita Bosco, Teresa Cagliero, Manuela y María Fassati, Gabriela Corsi y Carolina Callori. La ceremonia se celebró en Viedma con toda la solemnidad posible; a lo largo de la jornada se repitieron ritos sagrados, cantos y piezas de música en honor de León XIII. Fue la primera fiesta del Papa, que se celebró en aquellas remotísimas tierras. El Vicario envió una relación de todo ello al Padre Santo 3. Los bautizos administrados a semejantes grupos de indios, con la imposición de nombres y apellidos de personas beneméritas de don Bosco y de los Salesianos, se repitieron a continuación con breves intervalos, puesto que, después de predisponer de esta manera los ánimos, Monseñor encargó a algunos que diesen vueltas por el campo y por los centros de población, rogando en su nombre a los amos que le enviaran los indios dependientes de ellos para instruirlos y acristianarlos. Don Bosco había recomendado a los misioneros de Patagonia que atendieran sobre todo a la juventud; las condiciones locales confirmaron la oportunidad de esta recomendación. Precisamente por esto el activísimo don José Fagnano, secundado por los hermanos y eficazmente ayudado por las Hijas de María Auxiliadora, había llevado unos a Carmen y otros a Viedma, a más de cuatrocientos entre muchachos 1 Don José Lazzero escribía a don Antonio Riccardi (Turín, 29 de septiembre de 1885): <>. Véase más atrás, pág. 475. 2 Ap. Doc. núm. 77. 3 Ap. Doc. núm. 95. (**Es17.544**))
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