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((**Es17.541**) texto de la carta y a cada una de las partes de su contenido, multiplicando sus copias y haciendo de ella tema de conferencias, circulares y sermones a los Hermanos. Bueno será añadir aquí a las dos cartas anteriores una tercera dirigida por aquellos mismos días al Director del colegio de San Nicolás de los Arroyos, porque, además de llevar aproximadamente la misma fecha, revela también las mismas preocupaciones. Mi querido Tomatis: Raras veces recibo carta tuya, por lo que pienso que tienes mucho que hacer, y así lo creo; pero me parece que no debes descuidar en medio de tus ocupaciones dar noticias tuyas a tu querido don Bosco. >>Preguntas qué vas a escribir? Pues mira. Escribe sobre tu salud y la de nuestros hermanos; si se observan fielmente las reglas de la Congregación; si se hace y cómo se hace el ejercicio de la buena muerte. Di el número de alumnos y las esperanzas que te ofrecen de éxito. >>Haces algo para cultivar las vocaciones, esperas sacar alguna? >>Sigue siendo monseñor Ceccarelli verdadero amigo de los Salesianos? Recibiré con placer estas respuestas. Como mi vida camina a paso acelerado hacia su término, quiero escribirte en esta carta las cosas que te recomendaría en los últimos días de mi destierro. Mi testamento para ti. -Querido Tomatis, ten grabado en la mente que te has hecho salesiano para salvarte; predica y recomienda a todos nuestros hermanos la misma verdad. Recuerda que no basta saber las cosas, sino que hay que practicarlas. Dios nos ayude a fin de que no sean para nosotros las palabras del Salvador: Dicunt enim et non faciunt. Procura mirar tus asuntos con tus ojos. Cuando uno comete faltas o tiene descuidos, avísale en seguida y no aguardes a que se multipliquen los males. Con tu ejemplar manera de vivir, con la caridad en el hablar, en mandar, en soportar los defectos ajenos, se ganarán muchos para la Congregación. Recomienda constantemente la frecuencia de los Sacramentos de la confesión y comunión. Las virtudes, que te harán feliz en el tiempo y en la eternidad, son la humildad y la caridad. Sé siempre el amigo, el padre de nuestros hermanos; ayúdales todo lo que puedas en las cosas espirituales y materiales; pero que sepas servirte de ellos en todo lo que puede contribuir a la mayor gloria de Dios. ((**It17.631**)) Cada uno de los pensamientos que expreso en esta carta necesita alguna explicación; tú puedes hacerla para ti y para los otros. Dios te bendiga, mi siempre querido Tomatis; un cordialísimo saludo para todos nuestros hermanos, amigos y bienhechores. Diles que, cada mañana, en la santa misa rezo por ellos y que me encomiendo humildemente a las oraciones de todos. Haga Dios que después podamos un día alabar el santo nombre de Jesús y de María en la eterna bienaventuranza. Amén. Dentro de poco te escribiré o haré que te escriban otras cosas de alguna importancia. María nos tenga a todos firmes y nos guíe por el camino del cielo. Amén. Mathi, 14 de agosto de 1885 Vuestro afmo. amigo en J. C., JUAN BOSCO, Pbro. (**Es17.541**))
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