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((**Es17.515**) que don Bosco había entrado en Faenza, él prometía que, dentro de pocos días, el número de seminaristas diocesanos se vería incrementado en unos veinte. Y sucedió precisamente así, sin que pudiera explicarse la causa de tan consolador fenómeno. Y ahora, volviendo a la propuesta de Madrid, creo que se puede delegar a alguno que estudie el punto de partida para decidir este asunto, examinando la posibilidad de su realización y manifestando, acto seguido, a aquellos señores toda nuestra buena voluntad. Convendrá incluso que vaya alguien a Madrid para, sobre el terreno, ver, hacerse una completa idea y sacar conclusiones. Don Juan Branda, que asistía a la sesión, hizo saber que los ((**It17.600**)) señores de Madrid estaban dispuestos a recurrir al Padre Santo, si el Capítulo Salesiano se oponía a la realización de su proyecto. Y don Bosco respondió: -Establézcase, pues, una comisión para examinar el proyecto de Madrid y el modo de adaptarlo a nuestro sistema. Queden encargados de eso don Celestino Durando, don Francisco Cerruti y don Juan Branda, y presenten luego sus conclusiones al Capítulo. Nosotros condescenderemos en todo lo que no afecte a la sustancia de nuestro sistema, y no se repare en los medios; pero manténgase firme nuestra costumbre de tener en todos nuestros hospicios las dos secciones de estudiantes y aprendices. El Capítulo, tras haber escuchado las conclusiones a que llegaron los tres, decidió responder a la Comisión y al Nuncio, mostrándose favorable a entablar negociaciones y poniendo como única condición que todo pudiera llevarse a cabo según las normas directivas de la Congregación Salesiana. Se adjuntó, al mismo tiempo, un ejemplar del Reglamento de las casas. El Nuncio, después de una entrevista con el senador Silvela, presidente de la Comisión, manifestó a don Bosco que los deseos de la Comisión estaban en perfecta armonía con las exigencias de los Salesianos; y, en cuanto a sí mismo, aseguró que estaba dispuesto en todo momento a prestarse, hasta donde pudiese, para llegar a un resultado positivo en la fundación propuesta 1. En el mes de noviembre siguiente, celebróse en Roma un Congreso penitenciario internacional, al que asistieron los señores Sivela y Lastres, ambos juristas y penalistas de fama, como representantes del Gobierno español. En su viaje a Roma, pasaron por Turín y visitaron a don Bosco; pero ignoramos por completo toda clase de pormenores de esta visita. 1 Carta del Nuncio a don Bosco, Madrid, 11 de octubre de 1885 (Apéndice, Doc. 89). (**Es17.515**))
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