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((**Es17.42**) en la planta baja situada bajo sus habitaciones, y antes parte del prado donde había comenzado la gesta del Oratorio. Don Bosco entró con ellos por una puerta, pero en lugar de penetrar en el taller de fundición se encontró en una hermosísima iglesia. -Usted ahora, don Bosco, nos debe hacer una plática, le dijeron. -Pero yo no estoy preparado. -No importa. Díganos lo que se le ocurra. -Bien, prediquemos, pues. Subió al púlpito donde comenzó a razonar sobre las malas costumbres. Describió el diluvio universal y la destrucción de Sodoma, continuando con tal orden en la distribución de los puntos, que al despertarse se acordaba perfectamente de todo: Hecho el sermón, la gente se dijo. -Ahora debe celebrar la Santa Misa. -No tengo dificultad alguna, replicó, ahora mismo. Fue, pues, a la sacristía. Pero faltaba todo. Tuvo gran dificultad en encontrar el misal, después no hallaba el cáliz, seguidamente tuvo que buscar la patena; por último, no había ni hostias ni vinajeras; registra aquí, busca allá, lo encontró todo, se revistió y salió al altar. Al llegar a la comunión, algunas personas se acercaron a comulgar. Apartó el misal, pero no estaba la llave del sagrario. Angustiado, la busca por el ((**It17.38**)) altar sin encontrarla. Nadie se movió para ir por ella. Entonces baja él mismo del altar, se quita la casulla y, revestido con el alba, comienza a buscar a alguien que le ayudase a encontrar la llave. De la iglesia pasa al edificio contiguo donde entonces vivían las hermanas; pero no encuentra alma viviente. Finalmente oye reír. Era la voz de don Antonio Notario. Entra en aquella habitación y se encuentra con el mismo hablando y riendo con un jovencito. -Sabe, se dice para sí don Bosco, que en la iglesia lo necesitamos y que falta la llave del sagrario y está aquí riendo. Una vez que hubo entrado, pidió la llave del tabernáculo y, obtenida, volvió al altar. Don Bosco, al recorrer la Casa de las Hermanas, no encontró ni a una sola. Cuando llegó de nuevo al altar, prosiguió y terminó la misa. El sueño duró toda la noche. El día siguiente, que era domingo, celebró sin dificultad; pero mas tarde, después de dar audiencia a dos o tres personas, tuvo que suspender toda actividad, porque se desvanecía. Hubo que llevarlo a su habitación. Como se había anunciado una conferencia para los Cooperadores en la iglesia del colegio, se le aconsejó que no tomase la(**Es17.42**))
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