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((**Es17.382**) cristianos. Me he esmerado en ello con muchas advertencias dadas a los Directores, maestros y asistentes salesianos. Y, ahora, ya viejo y casi sin tenerme en pie, me muero con la pena de no haber sido suficientemente comprendido. Al hablar así, escribe don Francisco Cerruti, que estaba sentado a su lado, su palabra tenía un acento, <> 1. El día dieciséis asistió don Bosco a la reunión de la Comisión de señoras en casa del párroco Guiol. Fue una simple reunión, no una sesión normal, como otras veces; tanto es así que no se levantó acta: en lugar de la acostumbrada relación, se hizo en esta ocasión una simple mención con fecha del quince de mayo, cuando don Bosco ya estaba en Turín. Pero es una alusión significativa, que dice así: <((**It17.443**)) al contrario, esa brevedad es un motivo más para nuestra piadosa gratitud y profunda veneración. Don Bosco llegó a nosotras agotado de fuerzas, como consecuencia de su celo apostólico, más que de la edad o de la enfermedad. Parecía por sus palabras que no abrigaba la esperanza de volver a Marsella y así lo hacía temer su estado; pero las previsiones humanas están afortunadamente sujetas a ser modificadas por la Providencia de Dios. Tampoco esperaba poder venir esta vez. Su presencia y sus consejos son tan necesarios que hemos de esperar de la Providencia divina la continuación de su asistencia, aunque por el momento parezca improbable. El señor Cura párroco recomienda que se rece mucho por la salud de don Bosco, a fin de que restableciéndose ésta, se prolongue su vida. Es un deber por muchas razones y es un deber muy dulce, pero hay que cumplirlo con fervor. Aunque la idea de rezar por un santo parece fuera de propósito y poco aceptable, es preciso pensar que está de por medio el bien de una obra grande y que se trata de seguir teniendo en la tierra un padre, cuya corona en el cielo ya está preparada>>. El diario del clérigo Viglietti ha conservado las líneas generales de su breve discurso. Habló de la pobreza, tan deplorada en aquellos días; habló del bien, que ellas podían hacer recogiendo limosnas con las cuales mantener a tantos jóvenes que, junto con el pan material, 1 Ideas de don Bosco sobre la educación y la enseñanza y la misión actual de la escuela. Dos cartas. San Benigno Canavese, 1886. (**Es17.382**))
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