Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es17.333**) que sueño cosas que me obligan a gritar y me fatigan demasiado. Hace cuatro noches que veo una larga fila de Salesianos, unos detrás de otros, llevando cada uno una lanza en cuya parte superior había un cartel y en el cartel un número estampado. En uno se leía setenta y tres, en otro treinta, en un tercero sesenta y dos y así sucesivamente. Después que desfilaron numerosos carteles, apareció la luna en el cielo, en la cual, a medida que iban apareciendo los Salesianos, se veía una cifra no superior a doce y detrás numerosos puntos negros. Todos los Salesianos que yo veía iban a sentarse, cada uno sobre una tumba preparada. He aquí la explicación dada a aquel espectáculo. El número que aparecía sobre los carteles era el tiempo de vida asignado a cada uno; la aparición de la luna en distintas formas y fases, representaba el último mes de vida; los puntos negros significaban los días del mes en los cuales morirían. A algunos los veía reunidos en grupos: eran los que habían de morir juntos, en un mismo día. Si hubiese querido narrar minuciosamente todas las cosas y las circunstancias accesorias, aseguró que habría necesitado emplear al menos diez días completos. Hace tres noches, siguió, soñé de nuevo. Te contaré lo que vi en pocas palabras. Me pareció estar en una gran sala, donde muchos diablos celebraban un congreso tratando el modo de exterminar a la Congregación Salesiana. Parecían leones, tigres, serpientes y otras diversas clases de animales; pero tenían una forma indeterminada, más bien semejante a la figura humana. Semejaban sombras, que unas veces crecían y otras menguaban, que se estilizaban o se ensanchaban como sucedería con los cuerpos que tuviesen detrás de sí una luz que fuese llevada de una parte a otra, colocada a ras del suelo o levantada. Y he aquí que uno de los demonios se adelantó y abrió la sesión. Para destruir a la Sociedad Salesiana propuso un único medio: la gula. Hizo ver las consecuencias de este vicio: inercia para el bien, ((**It17.386**)) corrupción de costumbres, escándalo, falta de espíritu de sacrificio, descuido de los jóvenes... Pero otro diablo replicó: -El medio que propones no es general ni eficaz, ni se puede asaltar con él a todos los miembros en conjunto, pues la mesa de los religiosos será siempre parca y el vino se servirá en medida discreta; las reglas señalan su comida ordinaria; los Superiores vigilan para que no entren desórdenes. Quien se excediese en la comida o en la bebida, en vez de escandalizar causaría desprecio. No es ésta el arma que se ha de emplear para combatir a los Salesianos; yo propondía otro medio, (**Es17.333**))
<Anterior: 17. 332><Siguiente: 17. 334>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com