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((**Es17.325**) que tendrían que ir a coloquiar con él, y no sabía cómo podría escuchar a todos en el espacio de un mes. Don Bosco le respondió: -No hay que tomar literalmente la palabra mensual; procede con la libertad de quien busca el bien y procura obtenerlo. Al principio, los coloquios podrán ser largos; pero muchos acaban por ser brevísimos. Para bastantes hermanos hará falta ser exactos, una vez al mes; para otros bastará hacerlo cada dos meses, pero no se deje pasar más tiempo; a unos pocos convendrá llamarlos aun antes de que ((**It17.376**)) acabe el mes. Aconsejo que no se tenga este coloquio, paseando por el patio; sino que el encargado llame a su despacho al hermano, para que pueda hablar con toda libertad y sin molestias. El coloquio tiene tanta importancia que puede calificarse de llave maestra del edificio de la Congregación. El encargado de recibirlo cumpla este cometido con la mayor caridad posible, con diligencia y puntualidad. íCuántos contestan a mis preguntas: hace seis meses, un año, dos años (que no tengo el coloquio) que no doy la cuenta! Esta negligencia hace que decaiga el espíritu de la Congregación. El Superior no dé señal de impaciencia, cuando se trata de hermanos pesados. No se diga de algunos: íes inútil que les hable! Hay que llamarlos sin cansarse y repetir los avisos. Procédase con paciencia, con un corazón guiado por la piedad. Tienen una importancia singular siete avisos, que escribió de su puño y letra y repartió a los Directores, al terminar las tandas de los ejercicios espirituales. <>. íCon qué insistencia recomendaba don Bosco las lecturas salesianas en los colegios! El día once de septiembre dijo también en el Capítulo: (**Es17.325**))
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