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((**Es17.322**) de la votación, cuando los veía a todos contrarios a su protegido, para que no le dieran voto desfavorable>>. Otra vez 1 se trató de la petición para la profesión, presentada por un coadjutor de veintinueve años, que anteriormente había contraído deudas y todavía no las había pagado. Don Miguel Rúa lo calificaba de bonísimo; don Juan Cagliero apelaba al Derecho Canónico, el cual prohíbe el ingreso en las congregaciones religiosas a los responsables de alguna deuda. Don Bosco se expresó de esta forma: -Este podría ser admitido a los votos en tres casos: 1.° Si los acreedores perdonaran su deuda. 2.° Si él pagase la deuda. 3.° Si la Congregación misma la liquidara, mas él no puede, los acreedores no quieren y la casa no está obligada. Ahora bien, considerando que él es bueno y no puede pagar, podría el joven pedir a los acreedores la remisión de una parte, la casa pagaría la otra y los acreedores harían el recibo del total. Hecho esto, podría ser admitido a los votos. El Capítulo deliberó en este sentido. Entonces don Bosco hizo la siguiente declaración: -Esta es la última admisión hecha bondadosamente, de acuerdo con la licencia temporal concedida por Pío IX. A partir del próximo enero, se procederá a las admisiones de acuerdo con las normas santísimas dadas por Pío IX en sus decretos de 1848, formando las comisiones indicadas en el mismo decreto. El secretario don Juan Bautista Lemoyne ((**It17.373**)) queda encargado de recordar al Capítulo la voluntad de don Bosco. Otro coadjutor 2, de setenta y dos años, había hecho la misma petición, aprobada ya por el Capítulo local de San Benigno. Don Juan Cagliero preguntó rápidamente: ->>Bajo qué título pueden aceptarse viejos de setenta y dos años? -Es una excepción, respondió don Bosco. -Se hacen excepciones de éstas todos los días, replicó don Juan Cagliero, y esto es sentar el principio de que los jóvenes mantengan a los viejos. En estas cosas, hace falta algo más de ponderación. -Por lo menos, si fueran sacerdotes, contestó don Bosco, me parece que la edad no debiera ser obstáculo para la aceptación. -Aunque sean sacerdotes, exclamó don Juan Cagliero, no nos convienen estos viejos. Don Miguel Rúa ayudó a deshacer el nudo, examinando el catálogo, 1 Actas del Cap. Sup. 3 de octubre de 1884. 2 Actas del Cap. Sup. 12 de septiembre de 1884. (**Es17.322**))
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