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((**Es17.288**) Rebaudi perjudicaba al internado salesiano y concluyendo que era necesario repasar las cuentas del colegio. Esta conclusión desagradó a don Bosco, el cual dijo: -Nunca permitiré que otros vengan a revisar nuestras cuentas. Ya estudiaré yo lo que conviene contestar. Don José Daghero intentó llegar a un acuerdo para un futuro modus vivendi con el canónigo Pagani, <>, como lo definió don Miguel Rúa; y, aunque con mucha dificultad, lo consiguió. Pero don Bosco no quedó satisfecho. -No podemos tratar, dijo, del futuro, si antes no diligenciamos el presente. Y, puesto que el Capítulo intentaba nadar y guardar la ropa, replicó don Bosco: -Preveo ya que no se llegará a la determinación de irnos de este colegio, porque nos toca cargar con las consecuencias del deseo que siempre tenemos de contentar a todos. Aquí, en resumidas cuentas, el personal del colegio trabajó siempre gratuitamente. Se podría, pues, escribir a don José Daghero: tú tienes que pagar veinte mil liras; págalas, porque nosotros no podemos endeudarnos por ti y hacer mayores sacrificios. Y como se insistía para continuar las negociaciones, con el fin de llegar a un arreglo, don Bosco remachó su concepto: -La única forma de arreglar las cosas es que nos paguen las deudas y nos dejen ir en el plazo más corto posible. No aceptamos ni rehusamos el tratar; pero tratar con el canónigo Pagani no me parece en absoluto conveniente. ((**It17.333**)) Se veía demasiado claramente que Su Eminencia y los de su corte habían perdido la confianza en los Salesianos. También, por este motivo, opinaba don Bosco que, al término del curso escolar, se repartiría por uno y otro lado el personal de Magliano. Don Miguel Rúa temía una reprobación por parte de la Sagrada Congregación, si no se mantenía lo convenido de dar la notificación de despedida cinco años antes. -Nadie, replicó don Bosco, puede obligarnos a seguir en Magliano con pérdidas y a prestar servicio gratuitamente. Hay que escribir a don José Daghero para que convenza a esos señores de que nos dejen en libertad de irnos lo antes posible. El único medio para que podamos seguir todavía por algún tiempo es que nos paguen las deudas. Nosotros no nos comprometimos en el contrato a enseñar en el colegio que se levantó frente a nosotros; en efecto, sus alumnos acuden a nuestras escuelas. (**Es17.288**))
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