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((**Es17.283**) DON CELESTINO DURANDO propone que también se añada a la carta esta promesa: Pasará alguno de nosotros por Nápoles, camino de Randazzo, y se detendrá para ver el Instituto. EL CAPITULO aprueba. De las cuatro casas una estaba en Nápoles, otra en Casoria a poca distancia de Nápoles, y dos en Molfetta. Con el tiempo la benéfica obra sufrió modificaciones y traslados, hasta que el cardenal Sanfelice hizo que se constituyera en un ente moral bajo la presidencia del Arzobispo pro tempore, concentrando a los niños en un gran edificio situado en el barrio de Tarsia, y a las niñas en Casoria. Después de varias vicisitudes, su segundo sucesor, el cardenal Prisco, logró que don Miguel Rúa enviara a los Salesianos, que han proporcionado gran prosperidad a la sección masculina, interesándose también por la femenina, dirigida por religiosas. En Catania (Sicilia) estaban siempre a la espera. El arzobispo Dusmet pedía en el mes de enero que, en la próxima primavera, se abriese en su ciudad un colegio para aprendices: pero don Bosco mandó contestar que no se podía tan pronto; recomendando que se emplearan términos que suavizaran la demora. Más tarde el celoso Pastor pidió que enviara ((**It17.327**)) en seguida un Salesiano al menos para dirigir un oratorio festivo y unas escuelas elementales. Se deliberó buscar el sujeto idóneo. -En Catania es necesario tener una casa, decía don Juan Cagliero. Cuando uno de los nuestros llega a aquella ciudad tiene que ir a la fonda. Ahora que ya estamos en Sicilia, hemos de pensar en echar allí buenas y hondas raíces. Si no se abre la casa en Catania, estoy decidido a mandar regresar a las Hermanas, porque tal como están, carecen de apoyo. El Arzobispo se conforma con que vayamos, aunque no sea más que para comenzar. Ya no es posible dar largas, pues él tiene la obligación de darlo a otros, si nosotros no aceptamos. Don Bosco, después de oírlo todo y a todos, dijo la última palabra; era absolutamente necesario abrir aquella casa; y si faltaba personal, se disminuyese el de otras casas; porque se habían hecho promesas al Arzobispo y no se habían cumplido. Y así quedó determinado 1. Mientras tanto los sectarios de Catania no dormían y como se olían la llegada de los Salesianos, intentaron desacreditarlos ante la opinión pública. Apareció de improviso en su periódico esta tendenciosa noticia 2. <(**Es17.283**))
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